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mercredi, novembre 03, 2010

La bondad

Son pocas las personas bondadosas, en realidad, la vida es poco bondadosa y hace que las personas se vuelvan rudas, violentas. La bondad necesita de cierto sielcnio interior y de un refinamiento en la atención, una persona bondadosa sabe oír y escuchar, sabe callarse, y sobre todo, sabe dar. El placer más intenso consiste en entregar voluntariamente y sin esperar nada de regreso, como una catedral que se construye y solo nos satisface contemplarla. No es una sensación de orgullo, sino de quietud, de abandono. Esta mañana conversaba con Olivier de este ritmo alocado que nos hace pasar al lado de muchas cosas sin contemplarlas. Ayer, mientras llovía, trataba de concentrarme en el sonido de la lluvia sobre mi paraguas, y era muy agradable.
Volviendo al idioma, me temo (a veces es una certeza) de que no podamos impedir que se empobrezca, por falta de experiencia, por inmediatez, por ambición y egoísmo, y que poco a poco, no nos reconozcamos en él. Un idioma tiene que crecer con nosotroas, tiene que acumular sentido, significados nuevos, pero para eso, debe ser bondadoso, debe acoger, recibirm, intercambiar, traducir...

¿no?

1 commentaire:

Anonyme a dit…

Mmmmm... la bondad, qué maravilla!!!