Emplear esta palabra en un país como el Perú tiene una connotación muy especial, primo, porque durante los años de Sendero Luminoso, pasaron (en amalgama) a ser los responsables de los años más dolorosos de nuestra historia. Cierta izquierda organizada en partidos no supo zanjar con SL, con su radicalidad y la violencia demencial que impusieron, sin encontrar justificación ante los ojos de la población en general. Aunque la antropología, la historia, el psicoanálisis, alguna vez tendrán que ocuparse de este tema (la literatura lo ha hecho desde hace tiempo), la sociedad peruana sigue siendo a mi modo de ver muy violenta (el racismo es violentísimo) y las heridas sociales intensas, no cicatrizan., por lo que resulta difícil hablar del tema sin entrar en discusiones, a veces, muy crueles.
Sin embargo, ser de izquierda es apostar y proteger (en un mundo desencantado y cínico) una sensibilidad humanista, es creer en las instituciones, en los gobiernos y los estados, es confiar en el diálogo, pero, sobre todo, no ignorar que la realidad social de un país como el Perú exige una vocación política para transformarse, y una movilidad colectiva y social que pueda modernizar por fin nuestro país.
Cuando Mario Vargas Llosa dice que Susana Villarán "no es un peligro" (http://www.elcomercio.com.pe/), calma los ánimos de una derecha totalmente desconfiada que ve el fantasma de Sendero por todas partes (corrijo, porque según me explica una amiga, aluden a los vínculos con Patria roja, el SUTEP, las alianzas con el MNI y Patria y libertad, que sí han marcado sus distancias con SL y han mostrado una convicción democrática) y busca limpiar a Villarán de esa sospecha... Sin embargo, sigo pensando que el peligro más cercano es el Opus dei que se mantiene al acecho...
Insisto, es difícil entender por qué en el Perú es imposible que alguien proponga ideas como las de Segolene Royal,o Martine Aubry (las dos del PS francés), que son mujeres valientes, libres, sensibles. Ser modernoas y libertarios (la soberanía del individuoa ante todo), es protestar contra las injusticias que nos saltan a la cara constantemente, es no darles la espalda. Porque ser sensibles a lo que sucede a nuestro alrededor (y en el más próximo) en un mundo globalizado es lo que más nos caracterizay nos distingue como relato común. Es ser Modernoas. Vivir con el peso moral del malestar y el sufrimiento de una gran mayoría, es invivible y pésimo para la creación. La izquierda en suma, es diálogo, la derecha es la manu militari, la autoridad (por cierto, masculina), la fuerza, la imposición, no la dialéctica ni la alteridad. La democracia es la izquierda.
NEO ROMANTICA
Quizás se trate de una lectura neo-romántica del mundo o de un idealismo (angelismo, dicen unoas) que no se agota, pero yo sí creo que no se pueden abandonar esos temas importantísimos. Me pregunto: ¿Cómo es posible no protestar por los atrasos sociales en el Perú, por algunos sistemas de gobernancia, las alcadías, como semi-feudos, como no protestar con convicción,.con ideas, aunque sea desde nuestra pequeñísima, minúscula tribuna?
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