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dimanche, octobre 18, 2009

Guerrilla girls




Estoy muy entusiasmada con escribir un artículo sobre la exposición que vi ayer en el Pompidou, más conocido aquí como Beaubourg. Es increíble la cantidad de cosas que hay para ver en sta ciudad, eso, para retomar nuestra conversación con Marichuy, es una cachetada a la frivolidad: una confrontación con la vida, con la muerte, con lo precario de todo lo que creemos duradero (justamenta a mucha gente le disgusta París porque nos devuelve a lo que somos, poca cosa, es decir, somos una persona más en esa masa humana heteróclita, y a mí eso me encanta, es una lección de humildad) . En esta exposición titulada tristemente, Elleshttp://http//www.centrepompidou.fr/ se hace un recorrido por el arte contemporáneo para mostrarnos el olvido en que viven las mujeres artistas. Lo que sientes al entrar ahí es un grito, histérico, somatizado, por la libertad. Lo peor es que te das cuenta de tu situación en el mundo y, sin quejas, como las Guerrila Girls que hacían perfomances en Nueva York para hacer comprender quer eran relegadas a segundo plano, es terrible. Los trabajos son muy violentos y hablan, sin cesar, del cuerpo (pensé que yo he hecho eso, manifestar mi protesta, desde la novela, dese el lenguaje y desde el símbolo). Yo creo que las artes plásticas siempre han sido más veloces en representar su tiempo, siempre han sido las vanguardias en la plástica la que nos ha obligado a remover esquemas. Y aquí sucede lo mismo. Los problemas con la narración, la fragmentación que sufren muchas mujeres, mentalmenta, incluso como soma, sensación de una especie de gino-cirugía mental, o algo así, es evidente. Sophie Calle, Wendy Sheridan, Annette Messenger, o Orlan, la artista que ha terminado desfigurando su cuerpo para convertirlo en lo que el mercado ha querido que sea: un monstruo, es impresionante. Lo demás lo dejaré para un artículo que pienso escribir para El país...


Después de ese recorrido, la exposición de Soulages, la de Renoir, un poco decepcionante y muy cara, no sentía los pies del cansancio. Luego, cena con Grecia y Olivier en su casa, regreso en metro. Esta mañana hace un sol radiante y ganas de pasear en bici, ir a ver la exposición sobre el conflicto de Palestina en el Museo del mundo árabe, pasear por ahí, detenerse a mirar esta ciudad que es de veras hermosa. En Saorge tendré la soledad para escribir. Sigo con mi lectura de la novela de Marie Ndiaye, Tres mujeres poderosas, y luego a pasear!!

1 commentaire:

marichuy a dit…

"a mucha gente le disgusta París porque nos devuelve a lo que somos, poca cosa, es decir, somos una persona más en esa masa humana heteróclita"

Patricia

Pues eso somos, ni para qué negarlo. ¿Cómo decía dijo Julio Cortázar? Algo como que prefería ser "uno más" en París, a ser "un alguien" en otro sitio.

Sobre el Pompidou, en el diario mexicano La Jornada salieron dos notas, pero sólo sobre la exposición de Soulages; igual ya las viste, pero te dejo los links:

http://www.jornada.unam.mx/2009/10/16/index.php?section=cultura&article=a05a1cul&partner=rss

http://www.jornada.unam.mx/2009/10/16/index.php?section=cultura&article=a05n1cul.

La que se mira interesante (sin que yo sea feminista hard) es la de las mujeres artistas un poco olvidadas.

En fin, entre todo lo que hay que ver en París y mis ganas de conocer la Bretaña, me da gusto leerte; aunque me quede cierta sensación nostálgica por no poder estar allá.

Saludos desde una mañana otoñal nublada y fría (entró el huracán Rick a las costas del Pacífico y el DF se llenó de frescura frialdad; lo que prefiero, en vez del excesivo calor)