Y voilá Paris, montaparnasse. He sido la única persona que podía pasearse por el cementerio buscando las tumbas de Simone de Beauvoir y de Duras, y de Vallejo, la única paseante en ropa de deporte, caperucita roja que ahuyenta lobos (sic). Días de correrías y poco tiempo para ecsribir, lo que me desestabiliza un poco. Sé que pronto estaré más organizada, o sea, por ahora, a disfrutar. Gran sol radiante, ritmo trepidante. Algunos punto en el tiempo, reeencuentro con amigos, Millet, Eric, y amigas...
e caminaod pisando las hojas de los árboles, me encantó leer en la tumba de Beauvoir: gracias por haber escrito, me cambiaste la vida. Un hermoso homenaje que incita a seguir adelante...
2 commentaires:
Patricia
No; no eres la única. Pasearse por ese cementerio es una experiencia fascinante, tan melancólica como enriquecedora.
Saludos
Sí, es curioso, la primera vez que vine, hace años, me pareció extraña. Ahora me doy cuenta de que es un detalle cultural-...
Enregistrer un commentaire