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lundi, mai 19, 2008

Lluvia

Está lloviendo a mares, a cántaros llenos. Conversación con varios amigos que me hace ver lo curioso que les resulta la falta de distancia entre lo que vivo y mi elaboración alrededor, trabajo, más bien, mental. Creo que la apuesta ya se hizo: tratar de reconconocerme en lo escribo, aunque exista un trabajo de ficción. Hay un pacto con eso. Sé que es imposible la objetividad y la transparencia completas, pero prefiero sentir que no miento, que me las juego, que escribo sin máscara...

Aunque me cueste, porque, exponerse, no trazar una distancia entre la propia vida y la ficción, es someterse a un jucio enorme: el de nuestra propia mirada y la de los otros.
Durante la corrección de la novela en francés, reconozco expereriencias que he disfrazado y que ahora aparecen, aunque distintas en el texto escrito. Hay dos formas de estar: como la caracola, o como la mariposa, alas abiertas y fragilidad...

1 commentaire:

Fernando a dit…

Reconocernos y exponernos es un acto de valentía, sobretodo cuando se entiende que es una parte de nosotros que necesita ser comprendida, no ignorada y que por enfrentarla no nos destruye sino que nos complementa.
Parece que es más común, sin embargo, aprender y enseñar las refinadas artes de la hipocresía, el ocultamiento de la realidad y
el dejar pasar por alto todo aquello que atenta contra la estabilidad de cierta forma de pensar, cierto status quo.

Por otro lado, va a ser un verdadero gusto el tenerla por acá si se confirma lo de NYU. En todo caso las puertas estarán abiertas para esta y cualquier otra ocasión que decida pasar por la ciudad. Sería un honor que no nos quisiéramos perder por nada del mundo.