La memoria siempre es selectiva, recuerda las mejores cosas, borra las desagradables. Pero además de la memoria hay una especie de memoria vital, aquella que impone las sensaciones de placer a las de displacer. Por eso siempre hay lugar para reír al lado de las personas que se quieren o se estiman, siempre hay esa risa, elocuente, suelta que celebra, que no condena, que acoge. Pensaba esto a raíz de cómo nunca puedo mantener una memoria contrariada sobre nada ni nadie. Siempre hay una escritura que se pone encima, siempre nueva siempre dinámica. Y tanto mejor...
Lectura de Teresa de Ávila, inspirada por la biografía que le dedica Julia Kristeva: Abandonarse a los imponderables y ser feliz a través de ellos...
2 commentaires:
Por eso a veces muchas parejas que han rompido después de cierto tiempo vuelven a estar juntos, y después de compartir nuevamente se acuerdan de esas cosillas desagradables de su pareja que habían olvidado.
Saludos
Hummm, sí, las cosas desagradables empequeñecen con el tiempo. Esa también es una forma de sabiduría, reconcoer el valor de cada relación y no menospreciarla... a nos er que nos conozcamos tan poco, pero tan poco, que desconocemos nuestros sentimientos... toda relación tiene un valor afectivo, es una huella....
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