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jeudi, février 15, 2007

El nihilismo

Después de conversar con mi mi amiga Elba, me he dado cuenta de que es cierto, no he justificado el cambio de mi blog, y eso debe parecer raro al lector, como una especie de instancia superior que decide unilateralmente. Por eso, preferiría saber qué piensan quienes se atreven a decirlo.

Hoy he pensado justamente en lo primero. Observando la organización francesa, la administración, he visto que es como estar atrapado en una especie de maquinaria infernal. Tiene que ver con el Kafka del Proceso, y con la Divina Comedia, de Dante. Dónde termina ese espiral absurdo? El Estado es un aparato administrativo que supone saber lo que es bueno para sus ciudadanos, los de primera, y segunda categoría. Para preservar ciertos valores (republicanos), la familia, sobre todo, los que están en le territorio tienen que adaptarse a las reglas, pero estas ignoran completamente a los "invididuoas", incluso a los nacionales y los someten a una especie de standarización social que considera valores que no siempre son los de los que se encuentran en el territorio. Por ejemplo, han tenido en cuenta cuál es la cultura africana para entender a los emigrantes de todos los países de ese continente, sobre todo ex-colonias? No se trata de culpabilizar al estado francés, sino de ver que un modelo así, produce siempre exclusión. Pienso ahora en los "índices de felicidad". Una sociedad donde todo está categorizado, donde la persona no existe sino bajo una etiqueta, como en una industria, no es una sociedad modelo, es una sociedad por revisar. Por supuesto, la organización produce estas cosas, pero hay que permitirlas? No habría que crear formas de preservar una dignidad inalienable en cada persona para que sea capaz de decidir por sí misma, para que no se anule? Luego, pensaba en el metro, después de leer el suplemento literario de Le monde, donde no encuentro nada... Nada. No es la culpa de los escritores, de aquellos que han hecho de la literatura un arte decorativo separado de la vida, que nadie lea, que nadie pueda decir, ni suscribir lo que vive como si viviese ausente de su propia vida, como un Mersault, de El extranjero (asesina sin saber por qué), de ahí la frase de los jóvenes de las revueltas que hubo en París: yo solo siento rabia, no sé quién soy. No sabemos quiénes somos bajo la frustración, incluso yo, dejo de ser quién soy y ofendo a personas que quiero. Entonces, no sé. Hay que buscar un modelo de vida más auténtico, menos falso y menos vacúo, uno, que considere de nuevo valores muy frugales, que pueden ser los más duraderos. Incluso la campaña de Royal, la candidata socialista, me parece fatua. Y no creo ser la única. La Vita Buona, es la vida rica en calidad afectiva, austera en cosas materiales. No nos olvidemos que los sabios siempre buscaron el desierto, incluyendo a Jesuscristo. La ausencia de objetos y de personas.

3 commentaires:

Fernando Visbal Uricoechea a dit…

El traqueteo diario de la maquinaria estatal insensibiliza. Por eso poco se perciben los delicados cambios de tu blog. Pero hay una razón más intima. Cuando entro en tu blog es como si me dejaras pasar a una habitación. La del estudiante universitario en la que no se distingue cuánto es del posadero (la tecnología) y cuánto del huésped (el estilo). Y una actitud respetuosa me invade. No quiero abusar de la hospitalidad. La verdad, las líneas y colores que albergan tus palabras se desvanecen con la fuerza de tus lecturas, con el color de tu desarraigo.

Natasha Tiniacos a dit…

Estimada Patricia:

Debo decirle que honestamente no me imaginé el cambio de la apariencia de su blog, es más; hasta esperaba que nunca lo hiciera. Su anterior diseño era sobrio y justo, porque sus reflexiones trascienden toda estética. Me acostumbré a ver la evolución de los blogs que frecuento, así como a la solidez de la sencillez de este. Digamos que aplaudía esa opción que usted tomaba de darle a las palabras la prioridad y no a la estética que las hospeda visualmente. También le digo que el buen lector no se abrumará con los cambios, se habituará porque el ojo es humano y los humanos somos animales de costumbre.

Yo seguiré leyéndola cotidianamente. Tiene usted una prosa formidable.

Anonyme a dit…

Patricia:

No creo que el cambio de la plantilla del blog afecte la lectura de tus comentarios. Lo único (pero esto ya es una superstición personal) es el que verde limón siempre me ha parecido un color inquietante...