Acabo de llegar a París. Y es curioso, piso esta ciudad y mi distracción es total. La gente, los escaparates. Tendría que andar con la cabeza metida en una especie de casco. He dormido como un lirón, creo que es esa serenidad de saber que las cosas que más quiero están a la mano, las bibliotecas, las exposiciones, gente de todas partes... En todo caso, miro todo con una mirada nueva y limpia, como una chiquilla... O parezco una salvaje, soy sensible a todos los olores, a los colores y las atmósferas...
Entiendo a Rilke, cuando, para escribir sus cuadernos de Malta, se negaba a salir a la calle. Bueno, yo tendré que ir a la biblioteca de La Sorbonne, atravesar el parque de Luxemburgo, el patio, sentarme en medio de muchos estudiantes y concentrarme. París mantiene todavía su misterio para mí, sigue siendo un mito y eso me gusta...
2 commentaires:
...no te olvides del paraguas, esta lloviendo, y si es que te alcanza el dia, tomate un cafecito en la rue de la Folie.
Bonne promenade.
Ad.
adbartha@hotmail.fr
Ese misterio de Paris se refleja también en viejas cartas postales como en aquella que puse en mi blog el 1 de noviembre 2005.
Saludos desde Ámsterdam
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