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jeudi, août 24, 2006

Deseo


Qué extraño y arbitrario es el deseo frente al que solo podemos bajar la cabeza demostrando un gesto de humildad. ¿Por qué no renunciar al deseo? Porque el deseo es la vida, es su esencia y es también su prisión cuando no es satisfecho, cuando no se le puede sublimar y hacer de él algo creativo. Tal vez haya dos vías para dominarlo: una especie de beatitud, de exaltación mística…
O la libertad.
Creo que después de cada rebelión contra el deseo, de querer dominarlo, crisis en las que tocaba fondo, he aprendido a aceptar que la vida no puede ser esperanza ni creencia, si no creación. Por eso, el deseo, el motor, no desespera, se mueve, crea, encuentra su forma.
Luego, la pregunta ¿cuál es la diferencia entre el deseo y el amor? No la sé, a lo mejor es una forma de amar, esa palabrita que me inspira desconfianza porque contiene todos los prejuicios de la época, porque desear tiene sus exigencias, estéticas, morales e intelectuales, es decir, que tiene que ver profundamente con nosotros mismos, con nuestro interior y con nuestra necesidad de compartir, de dar. Un día una persona que me quería me dijo, amar es un don, en el sentido cristiano de la palabra. Creo que es lo más inteligente que he oído sobre el amor. Como es deseo no se le contiene, no se le obliga, es una energía que crea espacios propios, íntimos, tiene que ver con la vida y también con la muerte. Es su verso y reverso. En fin, a veces el deseo nos lleva a ver nuestros límites, en el caso de las mujeres, de nuestro cuerpo, es algo que siempre me ha intrigado, pero me gustaría leer algo de Spinoza para recordar lo que decía sobre este tema y volver a hablar un poco. Sera sera…

Foto: psique y amor.

1 commentaire:

N.K a dit…

me había planteado algo similar, ¿donde acaba el deseo y empieza el amor o viceversa?, debe ser una forma de amar, lo importante es dar y sentirte plena con eso...
me encantaron tus planteamientos y elucubraciones
saludos