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vendredi, août 18, 2006

Albert Camus


Al parecer, el libro que ha leído Georges Bush durante sus vacaciones es El extranjero, de Albert Camus. La diferencia entre Albert Camus y Jean Paul Sartre es que Camus creía en la verdad, su visión del ser humano era más bien mística o mantenía una marca. En el caso de Sartre, el existencialismo no busca la verdad, renuncia porque conoce la trampa: no hay verdad, sino verdades, o convicciones pasajeras. La moral de Camus, una filosofía de la rebelión “la révolte del Homme revolté”, se centra sobre la valentía, el arrojo, la fuerza prometeica del hombre. Es justamente Merseault, el personaje de El extranjero, quien representa lo que más aterra a Camus: la ausencia de consciencia, estar ausente de sí mismo, como si no habitásemos nuestro cuerpo (esto también es una forma de alienación con las ideas en los sentimientos en la que el sujeto no puede hacer abtracción de su propia condición). Me digo que toda filosofía que busca trascender termina siendo moralista. Es una contradicción: estar sin ataduras y al mismo tiempo buscar estar presente ante nuestro interior. Es un trabajo diario, nada fácil, una especie de ascésis del pesnamiento. La mayoría de nosotros no podemos abarcar la totalidad de la experiencia, es por eso que la filosofía estoica habla de una cierta humildad. O la filosofía china en la que la sabiduría no se empeña en demostrar si no en aceptar. La vida como una larga trayectoria en la que tenemos que aceptar nuestra insignificancia, nuestros límites en la comprensión y nuestra necesidad de trascendencia. ¿Ahora, en pleno siglo XXI, Camus, sigue estando vigente? Creo que sí, por haber apostado por una cierta humanidad, tal vez vivir pese a la incertidumbre y a nuestros miedos, sea nuestro rasgo más humano. La contingencia de nuestras vidas nos dice día a día que cada experiencia cuenta, que, depende de nuestra capacidad para integrarla, para hacerla nuestra y saber tomar de ella lo mejor lo que hará que encontremos un cierto bienestar.
Esta mañana, en la radio, mientras llueve y llueve en París, la voz de Camus suena en la radio. Se habla de las lecturas de juventud: André Gide, Dostoievski (hizo una adaptación al teatro de Los poseídos), Esquilo, Nietszche. Camus se recitaba fragmentos de Así hablaba Zaratrusta con sus amigos... voz con acento argelino, serena, un poco graciosa.

3 commentaires:

XIGGIX a dit…

estoy leyendo un libro algo complejo para mi, pero siempre insisto contra mis limitaciones. se trata del libro de joan-carles melich, "filosofia de la finitud"; en una part se pregunta sobre q significa q el ser humano sea un ser contingente y ensaya una respuesta expresando q...somos contingentes pq vivimos siempre en una o diversas tradiciones q no hemos escogido y por elllo, apunta el autor, odo marquard escribe q vivir con contingencias es tener un destino inevitable para los hombres debido a su mortalidad.
el ser humano no vive en libertad absoluta, de hecho no hay nada en el q sea absoluto. no empieza nunca de cero, siempre se encuentra inscrito en un lenguaje, en una tradicion simbolica. la contigencia es inevitable. la contigencia es lo ineludible de la existencia humana. el "destino" de los seres humanos no se halla en su pasado, sino en su futuro. el hombre es el animal q siempre mira hacia delante, q nunca esta saciado del todo con su presente, con lo q le ha sido dado, aunque los cambios q pueda realizar en su vida jamas puedan ser absolutos...como dice el verso vii elegia de duino de rilke:
a esto se llama destino:estar en frente
y nada mas q esto y siempre en frente

Anonyme a dit…

donde acaba el paréntesis de abajo?????

Marco Antonio Inca a dit…

Según Camus, las desgracias humanas acontecen "cuando a falta de carácter se recurre a una ideología". Hasta el asesinato se justifica ideológicamente. Pero él no acepta esta realidad y propone un nuevo pensamiento. Esa, creo, fue su mayor diferencia con Sartre.