En un antiguo número de la revista de Gallimard (Nouvelle revue francaise (1959), encuentro un artículo sobre el diario personal de Virginia Woolf. En realidad, su esposo, Leonard Woolf hizo una selección rigurosa de las partes que verían la luz de un diario que en realidad está formado de varios volúmenes. Woolf decidió publicar todo aquéllo que se relacionaba con la literatura y pocas cosas con su vida más personal, la soledad, la familia, los afectos y las pasiones en la vida de Virginia. Lo que le reprocha el autor del artículo, y también yo, es no haber dejado que el lector conociera justamente esa parte íntima de la escritora. A lo mejor entenderíamos más sus libros y su suicidio. Hace poco leía un libro de Elisabeth Badinter sobre el feminismo y allí decía que muchas personas pensaban que de haber tenido hijos, VW no se hubiese suicidado (sic). Silvia Plath sí tenía hijos y eso no cambió nada. En todo caso nada podrá ahondar en esas heridas profundas que hay en ciertas personas. Son secretas. Pero sí podemos ver a través del goce o de la alegría.
Ahora que estoy en todo lo alto de un departamento en París, mudanza temporal, pienso en las cosas que Rilke imaginaba desde lo alto del suyo, cerca de aquí. La reflexión, salir del mundanal ruido parisino, sólo es posible en estas fechas, agosto, el mes de los turistas y de las calles desiertas.
5 commentaires:
La lectura de tu texto me ha hecho recordar a una escritora mexicana que admiro mucho: Rosario Castellanos. Ella se casó con un filósofo que aunque parezca irreverente puedo decir que fue con ella un patán y con el que tuvo un hijo, el fue (es) Ricardo Guerra. Ella viajaba mucho, era diplomática, además, así que le escribió varias cartas a Ricardo Guerra, mismas que éste (y su hijo) publicó después de muerta Rosario Castellanos (estaba de embajadora en Israel y al conectar una lámpara se electrocutó) y obviamente que sin su consentimiento. La cuestión está que son desgarradoras, cuando yo las leí no podía creer que la pensadora, ensayista y narradora tan inteligente (aun falta mucho estudiarla, sobre todo sus ensayos) hubiera soportado tanto. Cartas a Ricardo (asi se llama el libro) es realmente demoledor, sobre todo escritas por una gran defensora de la mujer, o quizá por eso mismo fue defensora... para saber.
Muchos saludos.
Cuando leía a Virginia Woolf en las cartas que escribió -publicadas por la editorial Lumen, traducción al castellano- me llenaba de tristeza. Sus cartas son hermosas, algunas parecen escritas tan secamente, mas no, sólo 'parecen': allí está ella y su
infranqueable soledad.
Patricia, al leer sus cartas, hallo que sí se vislumbra su final,
o es lo que vi, percibí, y tal vez el saber ya cómo se fue, hizo que fuera natural percibirlo. Es posible.
Virginia Woolf, Silvia PLath...
Y otras creadoras, como Alejandra Pizarnik, sí, tenían heridas profundas, mortales y que van más allá de los análisis que estudiosos pudieran desarrollar...
El párrafo final de tu post me ha
invitado a reflexionar acerca de lo que es gozar, insuflarse de alegría, como algo natural, deseable.
Dionísiaco.
Y me recuerda que estamos vivos, estoy viva, tengo la oportunidad como otros de leer la bitácora de Patricia de Souza, de dejarle un comentario en cada post suyo. Soy una de las privilegiadas que puede
contactarse con otros blogueadores y tender puentes, pasar por unos que me han tendido y dejar fluir la comunicación. Este
es un motivo para sonreír y escribir, escribir otra vez.
Querida Patricia, muchas gracias..... y recuerda que soy Vir.
Al entrar a leer tus cuentos, o parte de ellos, veo que hay algún impasse,porque no entran los comentarios. Cuántos querrán dejar los suyos para ti Patricia,como la que te escribe. Si acaso continuara el impasse,te pregunto si podré comentar aquí acerca de lo que he leído. Aunque, lo más importante será leer los cuentos completos en libros tuyos, y me falta recorrer varias librerías principales , donde seguraemnte estarán tus libros, a menso que se hayan agotado.Si así fuera, eso es óptimo para ti, sólo q
Continúo.
Sólo que dejaría a tus lectores sin tu obra. Veremos.
Me ha emocionado tu visita, y sólo
puedo decirte finalmente, que eres
una fuente de belleza a la que acudo.
Salutes Patricia.
Mil,disculpas por acaparar los comentarios. Es sólo por esta vez.
Te he deajdo un comentario en el post 'Heridas,flores de...'.
Porr favor, si tienes unos minutines, quisiera lo leas.
Gracias y hasta pronto.
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