Con motivo del centenario del nacimiento de Simone de Beauvoir, abundan los comentarios y se publican incluso fotos inéditas. Aquella de Beauvoir desnuda mirándose en el espejo en la sala de baño de Nelson Algreem (últmo número del Nouvel Observateur). Me gusta lo que escribe Pierre Assouline en su blog: "De toute façon, elle aurait eu mauvaise grâce à s’en offusquer, elle qui avait déployé un tout autre courage pour provoquer et choquer la bourgeoisie installée dans ses moeurs et conventions en publiant son grand livre Le deuxième sexe (1949), un classique désormais, ”le” texte autour duquel s’est articulée toute la réflexion sur la condition féminine au cours du demi–siècle" (hablando de la foto dice: De todas formas hubiese hecho mal en ofucarse por la publicación, ella, que había desplegado tanto valor para porvocar a una burguesía instalada en sus costumbres y convenciones publicando un gran libro, El segundo sexo (1949), un clásico, el texto en torno al cual se articula toda la reflexión sobre la condición femenina a lo largo de un medio siglo".
Estoy segura que una nueva lectura de este libro de SB, es importantísima, sobre todo para cierto tipo de hombres que tienen dificultad en entender, o acoger, nuevas conductas... Al lado de esto, la versión Aldo Maccione del Presidente Sarkozy, es inquietante, Qué se siente tener al mismo tiempo la celebración del centenario de una autora como Beauvoir y un "playboy de playa", versión moderna? A reflechir...
ejem....
Ayer, durante una reunión, pensaba en cómo una sociedad en crisis no permite una consistencia (ni constancia en las relaciones), el miedo es el peor enemigo de todo lo que desea perservar, pero sobre todo ser libre. Incluso diría que para toda libertad se ejerce siempre una especie de presión en el exterior que puede terminar siendo agotadora. Las relaciones se deslizan hacia el plano de lo ambiguo, lo sinuoso, nada es muy claro, toda lealtad se nubla y se confunde en una especie de incomprensión en el diálogo, mejor dicho, un ruido. Como hay una especie de ansiedad constante producida por la inseguridad, toda atención, silencio interior, es casi una joya. Por eso, hay que agradecer desde el fondo de nosotroas esas pocas compañías que escuchan y acogen....
No pensaba ponerlo, pero a raíz de aniversario de SB no me parece mala idea colgar una reseña que he ecrito sobre el post-feminismo de virginie Despentes, otra insumisa.
Virginie Despentes sin miedo y sin máscara
Es doloroso tener que hacer frente y de manera violenta ciertas cosas que nos han sido enseñadas, es decir, ser como una atea después de haber sido creyente. La lucidez de Virginie Despentes tiene que ver con este estado, no el de creer como una fanática, sino el de darse cuenta de la alienación de la educación y denunciarla. Porque hombres y mujeres somos conscientes de las desigualdades, las padecemos en mayor o menor escala y optamos por la acción, la denuncia y la lucha. O la pasividad. En Teoría King Kong, Melusina 2007, se trata sobre todo de analizar las connotaciones políticas, religiosas, culturales, de una dominicación que se ha hecho eterna, la masculina, pero sobre todo de los abusos de poder y las consecuencias del anquilosamiento al que nos lleva la alienación: todos quieren la fiesta en paz. Y sin embargo, está lejos de ser así porque es semjante a una guerra constante, en palabras de de Virginie, las mujeres tenemos pocas opciones: o jugamos el juego y nos plegamos a los múltiples mecanismos de dominación (la del cuerpo es la más importante, ver Pierre Bordieu, La dominación masculina, Anagrama...) o somos una especie de terrorista que pone en peligro las reglas de la tribu. En Teoría King Kong hay esa cólera, la de la dominada a través de todos los circuitos de poder, pero sobre todo a través de uno concreto: la violación. Esa cólera de la cicatriz y la necesidad de decir las cosas sin máscara, sin dorar la píldora. Somos el sexo del miedo, de la dominación, el sexo extranjero, escribe Despentes con furor, La violación es la guerra civil, la organización política a través de la cual un sexo declara al otro: me tomo todos los derechos sobre tu persona, te obligo a sentirte inferior, culpable y degradada. Es la constatación de la anulación de lo individual, de cualquier marca distintiva en tanto que persona y que produce un miedo blanco, una sensación de eternidad, como el de la muerte, como un trauma de guerra. Lo propio de la mujer, ser una acomplejada, borrarse, escuchar, ganar poco dinero, lo propio del hombre, ver siempre a la mujer como un objeto, no respetarala ni moral ni intelectualmente, ser el mejor ejemplar del hombre dominante, no hay que hacer muchs esfuerzos para despertar la desconfianza y la agresividad en un hombre. La misoginia tiene que ver con la xenofobia, se sitúa a unos pasos de ella y dispara desde la trinchera: Escondan sus heridas, señoras, que podrían afectar a su verdugo, dice Despentes en este ensayo brillante, duro, cortante, radical. Yo no creo que se pueda escribir de otra manera sobre la situación de las mujeres en el mundo, no en plena época planetaria en la que se supone que domina la comunicación. La lucha de clases tiene que ver con una tensión extrema, padecida, originada por la dominación, por eso, las mujeres siguen siendo las “desclasadas”, por eso, la necesidad de nombrar las cosas de frente, de estar presentes, y levantar el brazo, Virginie Despentes, la primera. El primer deber de una mujer escritora, es ser la primera en matar al ángel de la casa, escribió Virginia Woolf.