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mercredi, novembre 02, 2011

Un mundo tumultuoso

Grecia a punto de hundirse completamente, Europa, una bella historia a quien todo el mundo le canta un requiem. Asistimos a la crisis de una democracia que mucha gente vive como una manipulación de valores en función de los intereses de una minoría poderosa. Más pobres, más desesperados, un futuro cada vez más angustiante. Las noticias nos llegan por todas partes, redes sociales, televisión, radio, el mundo están globalizado y no podemos evitar implicarnos. Hay un movimiento autónomo, incontrolable, que es aquel de las sociedades civiles organizadas que no necesita de nosotroas para seguir adelante. Nuestra presencia es relativa (en tanto que escritoras) si no sabemos implicarnos, si seguimos nuestro propio derrotero. Esta idea merodea en torno a aquella de estar comprometidas con lo que está pasando en el mundo, con nuestra época y con la realidad más próxima. Me siento tan afectada con lo que pasa en Grecia, como con lo que sucede en Perú, Palestina, o Somalia, no siento que por ser peruana las cosas que suceden en mi país sean más importantes. Depende de la dimensión del tema. Si leo en la prensa peruana un "fait divers" que toma la dimensión de una revuelta regional (lo del estudiante muerto en el cañón del colca), de vendeta popular, con matices religiosos, me pregunto qué sucede en el Perú para que toda una población se aliene con la violencia de forma tan inmediata. De hecho, los medio de comunicación, los intelectuales (si existen) tienen una responsabilidad en todo esto. No hay debate, no se dialoga, ni se discute, se ofende, se insulta. Magaly Medina es un medidor de ese temperamento conflictivo, violento y obtuso. Esperemos que con una verdadera democracia, se transforme.

Porque finalmente comprometerse es también comprender (en contra de todos aquelloas que piensan que escribir es un acto aislado de un tejido social) que la literatura es la llave de la comprensión política, social, y una forma de integrarse al mundo. Es el laboratorio de mezclas culturales, y no un fenómeno de elites, es el oxígeno social y un motor para la transformación. Si sabemos reconocerle esos valores, queda mucho por hacer.

3 commentaires:

vargasluna a dit…

Boaventura de Sousa Santos, uno de los pensadores críticos más interesantes de nuestra época, dijo recién que los problemas globales actuales provienen de la modernidad, pero las soluciones que la modernidad provee para ellos han probado ser absolutamente insuficientes. Quizá buena parte de los problemas radique en que seguimos buscando entender la sociedad global contemporánea en términos que hace rato mostraron ser inapropiados: democracia, desarrollo y universalidad, por ejemplo.

Patricia De Souza a dit…

Sí, yo creo que la idea de "universalidad" es posible desde un punto de vista de indagación filosófica y para ciertos pactos sociales (la justicia, por ejemplo) pero, para comprender lo que está pasando, nos limita. La literatura es más libre, y específicamente la novela, que podría expresar esa realidad pluricultural compleja y siempre cambiante. De ahí que me interesen las escritoras y escritoras que no defienden esquemas y que piensan que hay un valor importante en escribir y representar el mundo en ese micro mundo, la libertad, la espontaneidad, la pérdida de identidad... al final ¿quiénes somos cuando hablamos por otroas?

Patricia De Souza a dit…

me gusta el nombre de este tipo... hey, me debes un comentario sobre Eva, Jaime, dialoguemos pes..