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mardi, février 02, 2010

La amistad, los libros, gustarse

Qué haríamos sin las amistades, sin esos afectos, sin esas presencias, presencias reales?? A veces, son providenciales, por ejemplo, para la publicación de un libro, para dar un paso adelante. Siempre recordaré la lectura de mi primer libro, Cuando llegue la noche, tuve la suerte de caer con personas que eran exigentes. Implicarse es ser también exigente. La indulgencia puede esconder, disimular. Y una amistad no esconde, regala, da, ofrece, pero en la espontaneidad. Gracias a Catherine vuelvo a la novela que he escrito en francés, alejada de la experiencia, con ímpetu de exploradora. Empujada por ella. vuelvo a ese texto para animarlo, darle un soplo de vida. Al final encontrará su camino.
Un libro es un libro, es una parte de vida nuestra y de los demás. No quiero decir banalidades, repetirme, aunque el deseo sea reconocerme en lo que digo, gustarme, querer ser yo misma y no otra.

Sí, me gusto cuando me pongo mi gorro para salir a caminar por el parque y compro un jugo de naranja en la esquina, cuando digo: popote (así le dicen aquí a la caña para beber), vengo con el periódico: bonjour Olivier!, escucho France culture... Leo, escribo mis artículos, mi blog... sí, esa vida me satisface.

3 commentaires:

XIGGIX a dit…

Definitivamente es una buena vida esa. Ese concepto de la amistad que presentas es sublime pero a la vez una "rara avis"; es por ello que uno debe tener la paciencia de esos observadores de aves para encontrarlas. Ser oportuno con la crítica sincera, en ciertos lugares no es bien recibida, acostumbrados en hablar a media voz y después que el otro ya a partido, son "escenas de la vida cotidiana", por ello se nutren de las indulgencias que en verdad son disimulo, como dices. Para alguien creativo es imprescindible la mirada de los otros, esa perspectiva reveladora de infinitos matices como mundos subjetivos existen; cuando podriamos decretar, como hacian los mayas, un día fuera del tiempo, en el que cada quien derribe sus propias defensas y olvide salvarse al encuentro con el otro; tiempo es arte decían aquellos, arte para vivir sin miedos...

Patricia De Souza a dit…

Sí, una mirada de afecto, que reconoce, es un regalo. Has visto "La nana"?, película chilena en la que se ve muy bien eso. Mirar es también involucrarse, sensibilidad, y cierta delicadeza...

XIGGIX a dit…

La verdad Patricia es que no la he visto, pero ahora que la mencionas lo haré pues, por lo general, me he "servido" favorablemente de muchas de tus sugerencias publicadas ;)