mercredi, février 17, 2010
El anarquismo de derecha, Jaime Bayly
Ayer mirábamos (con Olivier) la televisión por Internet, los programas de Jaime Bayly en el Perú, El francotirador, y otros más, donde aparece entrevistado como futuro candidato a las elecciones presidenciales del Perú en el 2011. Empezó como una broma, pero se ha convertido en una candidatura oficial con propuestas aparentemente progresistas: legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto; separar la iglesia del Estado, suprimir las fuerzas armadas y reducir el Congreso (a 25 congresistas, lo que sería una concentración de poder y negación de la representación popular) etc. Jaime Bayly es un personaje que seduce a varios niveles por un cierto carisma, maneja un lenguaje culto y al mismo tiempo navega en los lugares comunes del vox populi, pertenece a la alta burguesía y sin embargo está cerca de un gran sector popular a través de la televisión y de la prensa en general, es por eso un personaje cercano, o que pasa por cercano. Entre los jóvenes proyecta la imagen de iconoclasta y rebelde, y sin embargo hay algo que es contradictorio en él, es decir, por un lado parece muy progresista y abiertamente libertario en su forma de pensar, y por otro ( en sus expresiones, valores, conductas, y discurso) es sumamente conservador. Su visión del Perú es neo-colonial, como si se tratase de una república bananera que hay que modernizar a fuerza de ridiculizar a los políticos y a las instituciones que pasan por piezas caducas de un sistema democrático que no existe, en realidad, tal vez es una forma de no creer en ninguna democracia . Es lo que se podría llamar un "anarquismo de derecha", es decir, fundo mi crítica en un nihilismo, en una desconfianza profunda en la democracia y, desde una especie de neo-dandysmo (posición, amaneramientos, poses que delimitan una distancia y un cierto cinismo) aspiro a aristocratizar a las masas, o en otras palabras, a hacerlas pensar que votando por mí pueden aspirar a ser como soy, o tener la libertad que poseo, fenómeno básico de identidad que funciona en todas las esferas. Pero, la pregunta es si esto es posible y dónde está la autoestima del elector, o el ciudadano en general, que considera que necesita de Jaime Bayly (aunque sea el primero que se ha atrevido a hablar de los temas que mencioné y proponerlos como campaña, lo que obligará a los otros candidatos a presentars sus propias propuestas) para poder ser un país moderno donde los temas de actualidad, laicidad, educación, salud, puedan ser discutidos seriamente. Creo que de alguna manera, Bayly es un fenómeno de esta época y representa los valores que una gran mayoría comparte, una simplificación de la realidad, casi una especie de vaudeville (cuando la realidad es dramática puede convertirse en una gran comedia), o novela picaresca como si los lazarillos estuviesen al acecho de las minucias. No sé, pero hay algo de terrible y de patético en esto, que sea en serio y que al final queden como contrincantes Jaime Bayly y Humala... ¿Qué historia es esta y por qué sucedería algo así en el Perú? la respuesta no es sencilla, pero creo que existe. La fragilidad de la democracia tiene que ver con la fragilidad económica y con las enormes necesidades sociales, pero también con una educacíón que aliena, adoctrina y conduce a una especie de servilismo en la forma de pensar, y no a hacerlo con libertad y madurez. Por otro lado, la prensa cumple también una función de alienación, no cuestiona, no equilibra, no regula, sirve. No me imagino a Michel Houellebecq de candidato en Francia (porque en algo se parecen-no precisamente como escritores-, sino en ese nihilismo cínico, y al mismo tiempo irónico,y hasta divertido), pero sí sucede en el Perú que, después de varios años de crecimiento, necesita pensar seriamente en su futuro, sin tardar.
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