Ayer, mientras bajaba una entrevista que he hecho a Julia Kristeva, a raíz de su libro sobre Teresa de Ávila que ya comenté desde la residencia, se me ocurrió una idea. Existe autoficción allí donde hay necesidad de trascendencia, ahí donde hay consciencia de que la vida no nos dará lo que deseamos y necesitamos completarla por medio del texto escrito como si inscribiésemos un relato al pie de una imagen. Todas esas relaciones incompletas en las que no hemos logrado colocarnos para sentirnos presentes ante nosotroas mismoas, se convierten en autoficción, en una proeza del lenguaje para pensarnos y pensar mejor en el otro y los otros. Es curioso, porque al final no hemos transformado nada, no obtenemos ninguna respuesta, y sin embargo nos hemos transformado nosotroas en esa necesidad de alcanzar a quien se nos escapa. Esa experiencia enigmática de perseguir lo inasible nos hace tan, tan humanos. Podría llenar páginas enteras con todas las frases que han inspirado a los que escriben, la de Flaubert no está mal: La dimensión del deseo es como una catedral que se construye para que parezca que no se destruye, o algo así.
Pasando a cosas concretas, llueve sin cesar, la lluvia no me ha abandonado estos últimos meses, ni siquiera en Guadalajara. Por momentos, instantes de lasitud (se dice así?) y cansancio, no saber cómo llenar espacios, cómo llenar vacíos afectivos... En una librería encontré el Tao Te King, en versión de José Tola, el padre, y Las memorias de un salvaje, de Paul Gauguin, en unas ediciones raras, de Coyoacán. Paseado por el centro, entre vendedores ambuantes, calles recorridas de gente. Sensación de tener poca compañía, la mía propia, y la de los libros, aunque tenga una muchedumbre al lado.
2 commentaires:
Tambien es curioso el hecho de que a pesar de que expresas y sientes esa sensación de aislamiento, al compartirla nos acercas a ti en alma y pensamiento. Es trascendente el hecho de que las palabras y lo que ellas representan puedan traspasar todas las barreras y darnos esa sensacion de familiaridad con las que nos sentimos reconocidos e identificados.
Totalemente, Fernand. Y es raro, es como esa frase que dice: Si las palabars no cambiasen el sentido y el sentido a las palabras... O, La palabra es un gesto (hacia ustedes) y su significado, un Mundo.
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