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Hace unos días pasaron los
Amantes de Flore, el nombre viene del café donde se reunían Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir. El telefilm gira en torno a su pacto de no romper la relación y aceptar los amores contingentes como parte de sus vidas. Lo que nos muestran no puede dejar de parecer esterotipado, una Simone Beauvoir demasiado fría en intelctual, un Sartre ambicioso y a veces, cínico. Sé que se paseaba con fajos de billetes en los bolsillos para dar dinero a sus amigos. Es extraño, siempre pienso en el dinero como un valor tan abstracto, tan alejado de las necesidades afectivas y espirituales que nunca he podido comprender cómo se le puede estimar tanto y no comprender, justamente, su contingencia. En el caso de Sartre, obvio que posiblemente sentía lo mismo. Bueno, Beauvoir en el telefilm se la pasaba rascando hojas como un buen Castor, no envejece y siempre está dispuesta a un “encuentro contingente” con un hombre o una mujer, resulta que su primer orgasmo lo tuvo con el escritor norteamericano, Nelson Algreem (no me digan), a quien maltrató un poco, lo justo como para hacerle sentir que lo quería...
1 commentaire:
Quién lo iba a pensar de Sartré. Todavía no entiendo cómo mi Simone pudo estar con ese cara de sapo. "La Femme Rompue" es una de sus novelas a las que siempre vuelvo.
Besos.
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