mercredi, septembre 28, 2005
Debord
Debord
A medida que la necesidad se encuentra socialmente soñada, el sueño se hace necesario: El espectáculo es el mal sueño de la sociedad moderna encadenada, que no expresa sino su deseo de dormir. El espectáculo es el guardián de ese deseo, escribe Guy Debord en su libro La sociedad del espectáculo, editado por primera vez en el año 1941 y reeditado por la editorial Gallimard en 1992. Debord, uno de los fundadores del movimiento Situacionista, no ha sido muy bien comprendido en su crítica a la sociedad de consumo en la cual todo se convierte en espectáculo deshumanizándose en el momento del intercambio, la plusvalía, según Marx, perdiendo autenticidad y valor. Walter Benjamin también ha hecho una análisis de cómo el arte se proletariza a raíz de la reproducción en su texto El arte en la era de su reproducción técnica, sobre todo en los casos de la fotografía y el cine. De alguna forma el arte se ha hecho más concreto, más humano, a mi modo de ver, sin quedar exento de un contenido político. Estamos en una época en que lo privado y lo público están unidos, el arte es entonces cada vez más político, pero no por eso pierde independencia. Hablando de eso, el último número de la revista L’infini (Gallimard 2005) dirigida por Philippe Sollers, publica una entrevista con el mismo Sollers en la que habla de Debord y Lautréamont, quien no ha leído al segundo, no entiende al primero, nos dice Sollers. No sé si tanto así porque Debord no es fácil, no es fácil porque sus ideas son complejas y no siempre claras, mientras que leer a Lautréamont no necesita sino una entrega al texto. También incluye una crítica de Doris Lessing a lo políticamente correcto. Escribe Lessing: El talento no está necesariamente asocidado a una disposición de mártir, ni siquiera al coraje. La historia de nuestro tiempo es tal que nuestro modelo debe ser un Ernst Toller (escritor y dramaturgo alemán que se suicidó en 1933), un Soljennitsyne, los escritores asesinados o perseguidos de ciertos países musulmanes. Para un escritor es bueno tener talento, pero, para ser conocido, es todavía mejor haber estado en prisión, luchar contra el cáncer o ser condenado a muerte como Salman Rushdie. Los escritores como víctimas, he ahí nuestra mentalidad, mas no hacemos caso a los talentos desperdiciados o amargados. También contiene un artículo de la escritora inglesa Jeannette Winterson sobre la Semiótica del cuerpo en el cuál denuncia la categorización de la literatura (gay en su caso) y la fobia de todo lo que representa lo contrario del ghetto: Si aprendemos a vivir en dos mundos, el nuestro y el dominante, por qué no aprender a vivir en mundo múltiples, en los extraños mundos prismáticos que ofrece el arte?
Tal vez si hasta ahora hemos vivido en un mundo dominante y otro dominado, la era del Internet hará que la horizontalidad de la comunicación dicte sus propias reglas. Me refiero a que cada vez será más difícil imponer el gusto desde arriba. Los valores estéticos serán menos rígidos y se verán obligados a aceptar la pluralidad, o en todo caso, la comparación. Me pregunto si los editores de hoy, no son las personas que como mi amigo Ricardo Sumalavia hacen un blog con textos escogidos, y así otras personas harán el suyo para dar con su público... Y los escritores no serán sino simples criaturas un poco atormentadas con su ingenio.... ah, ah!
Who knows?
En la foto, Guy Debord.
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1 commentaire:
Patricia, enceunrto otro post tuyo que me interesa sobremanera: Debor es un referente que contengo hace tiempo...
Y las otras refelxiones aue viertes son pazra quedarse con ellas, haciendo apuntes menatles y escritos.
Debord llevando lejos al opaco ser humano que siente abrumador el peso d ela sociedad consumista.
Patricia,
en pos del Carpe Diem sigo...
Salutes.
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