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mardi, septembre 20, 2005

África


Voy a seguir con el diario del África, es curioso porque algunas personas me hayan preguntado si no es una ficción, y digo aquí que no, lo encontré realmente en el tren. Mañana me toca tomar otra vez el TGV (en el fondo me parece insoportable por estrecho) y tal vez cruce, quién sabe, a su autor.... Volviendo al tema de que la realidad supera la ficción, siempre he pensado que era así, salvo cuando nada se mueve a mi alrededor, cosa que me ha sucedido en el suroeste de Francia. Flaubert se quejaba de la rutina de su vida en Rouen y pretendía hacer un libro sobre nada, sin atadura externa, que se sostendría por sí mismo por la fuerza misma de su estilo, como la tierra que sin estar sostenida se mantiene en el aire, un libro casi sin sujeto o al menos en el cual el tema sería casi invisible, si es posible (Fragmentos de su correspencia, Seuil, 1963). Es un fragmento que sirve.


Cotonou, viernes 24 de julio del 2003, mediodía

La enfermedad está por todas partes en Cotonou, cataratas, cáncer a la garganta. ¡Gracias a los señores de la polución por haber creado vehículos tan contaminantes! Todo el mal funcionamiento de la sociedad occidental se encuentra aquí. El gusto por el poder y la velocidad no hace más que crearse adeptos. La periferia del occidente es el África. Felizmente, aquí, en Cotonou el clima se inclina hacia la paz, es casi paradisíaco, si sólo no hubiese tanta contaminación. La enfermedad es la plaga en África y ella lucha por la natalidad y lo hace con fuerza. Me siento impotente: pobreza, enfermedad y mortalidad infantil.

Cotonou, domingo 27 de julio del 2003

“Bienvenido pequeño blanco”, he ahí las primeras palabras que me han recibido a mi llegada al África. Las palabras de un inmenso negro sonriente me ofrecía la alegría de este contenente a manera de recibimiento. Ojos enormes, una gran sonrisa blanca e inmensas narinas plantadas, en medio de todo eso, el rostro africano básico y negro y sobredimensionado, pero qué alegría!

Paris- Saint Just de Chaussée, el 11 de octubre 2004

He reembolsado toda mis deudas este año. Todo lo que debía, poco más que 10000 euros. Igual que en deuda afectiva. Pero la desesperación de vivir ha desaparecido, no hay más que deseos y ganas de hacer cosas. Tengo que poner por escrito, absolutamente necesario, esta historia del inconsciente familiar que he podido ver a la luz del día, gracias al trabajo de un año, gracias al trabajo en la ciudad de Pau. Además me quedan algunas preguntas en las cuales mi abuela es la isla y encierra la verdad. ¿ Por qué quería ir al África como enfermera? ¿Por qué se casó de negro? ¿Por qué fue tan dura con su esposo? ¿Cuáles eran las relaciones con su padre?

4 commentaires:

DonSaulo a dit…

Un doble hallazgo, he vivido
al descubrir vueso blog.
Uno, el diario en sí mismo
y el otro que halláisteis vos.

Dentro de un diario, otro.
Autor que retrata a autor
è nos regala, de paso,
gratis la su traducción.

¡Non puede menos, DonSaulo,
que agradecer su labor!

Rain (Virginia M.T.) a dit…

Y con la lectura de tu post, una alegría grande siento...

Magda Díaz Morales a dit…

Tomé prestado tu texto titulado "Udentidad" para mostrarlo en mi blog, con el crédito por supuesto, es que me encantó.

Un abrazo para ti.

Magda Díaz Morales a dit…

Dice "Identidad", perdon.