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lundi, octobre 08, 2012

¿por qué no dejamos hablar a los venezolanos?

Terminaron las elecciones en Venezuela en medio de la algarabía y la serenidad. No quiero redundar en el tema, ya dije lo qué pensaba en mi post anterior, además, no soy una especialista, sino una persona que observa y trata de entender. Es una pasión entender y compartir más que dictaminar y dar lecciones de moral. Lo que vi ayer fue una población que votaba no en miedo y la intimidación, como se ha pretendido mostrar en muchos medios, sino con confianza y con vitalidad. No ha salido ningún artículo en los medios que esté a la altura del fenómeno social y político que vive Venezuela. Todos tienden al análisis sumario, maniqueo, y prejuicioso que no se esfuerza en entender sino en juzgar y clasificar. Creo que lo hemos visto ayer es una población que ha votado por su soberanía  como país (incluso la oposición ha reconocido la importancia de este proceso plenamente democrático)  y por las prioridades e inquietudes inmediatas: el reemplazo del modelo capitalista por un modelo social y participativo, la preservación del medio ambiente y la mejora de las condiciones generales de vida. Son años de democracia intensa, como lo dijo uno de los dirigentes del PSUV, y todo no se encuentra en manos de su dirigente principal, Hugo Chávez, pese a las connotaciones mesiánicas y autoritarias que le atribuyen, y aunque se trate de una persona que está en sintonía con su población, descifrando sus expectativas y sus necesidades, la decisión está en manos de la población que hizo colas larguísimas para pronunciarse. Es curioso, pero incluso en el lenguaje simbólico, Chávez entra en sintonía (de forma casi carnal) cuando dice que él es el "corazón del pueblo". No es una frase cursi, creo que siente que es un órgano de su población, que late con ella, lo que hace que mucha gente que no asume el proyecto bolivariano confíe en él como dirigente del país. Es simbólico, pero también es real, de otra forma no hubiese ganado las elecciones después de 14 años en el poder y de un desgaste inevitable, a pesar de la campaña espectacular de Henrique Capribles y otra campaña en su contra orquestada por casi todos los medios de comunicación en el extranjero. Chávez molesta, molesta porque su proyecto está teniendo resultados concretos, con una población que se siente legitimada, que habla de la dignidad y la solidaridad como valores imprescindibles y estructurantes  que preservan de la neurosis social y la sicosis del miedo, que habla de visibilidad, de confianza en el futuro, una demostración que este es un proyecto vitalista, abierto, y no tirano ni cerrado. Frente a la lógica del poder del dinero, el privilegio, y la consolidación de la ignorancia y la parálisis social, se ha impuesto la lógica de la democracia, de la reflexión, de la movilización social, frente a la lógica del dinero, la de la creatividad (es impresionante la cantidad de canciones, de grafitis,  de juegos de lenguaje que ha dado esta campaña, se merece un estudio semiótico), frente a la exclusión y la lógica del privilegio, se ha impuesto la participación masiva (más del 80% de venezolanos han ido a votar aunque el voto no es obligatorio). Entonces, sin ser una especialista, me atrevo a decir que Venezuela puede ser un motor para una nueva  democracia, plena, en el resto de América Latina, que ha nacido como país desde hace un tiempo; estas últimas elecciones lo han demostrado. Venezuela será a lo mejor el laboratorio de esta nueva forma de democracia, una utopía reflexiva que podrá dar mucho más de sí misma, si se atreve a recorrer su experiencia y aprender de las erratas y derrapes. También intuyo que con un proyecto político consolidado como alternativa real, el socialista, Hugo Chávez podrá pasar a la alternancia, a preparar el terreno para que una mujer o un hombre siga con el trabajo, no solo por su salud (al margen de los comentarios que abundan sobre sí llegará al fin de su mandato) sino porque hay una oposición  que se ha manifestado y ha comprendido que la forma es el diálogo y la persuasión, no las imposiciones y los golpes de Estado, que su población ha madurado, ha crecido y sabe, pese a todas las virtudes carismáticas de su líder, dónde está su voluntad. Es un No rotundo a la alienación y no lo contrario. Además que ha dejado demostrado que el problema social es el centro del problema político, no solo para Venezuela, es un problema fundamental  a nivel planetario, lo es ahora mismo  (saltando las diferencias) en España, Italia, Grecia, Portugal (no menciono a países como Perú, donde el tema se sigue siendo tratado de soslayo). Venezuela se piensa a sí misma, no está dormida, eso lo tienen que tener en cuenta todas las personas que juzgan y siguen haciendo una caricatura de este proceso tan intenso como vital. Toda una población ha ratificado su confianza para que este proceso continúe. Hay que tenerlo en cuenta.


regreso a mis libros de ficción. Son semanas, días de hiper-realismo, de esfuerzo por tratar de comprender qué está pasando. No pretendo haber comprendido del todo, nada está terminado, es solo un comienzo, pero uno prometedor...

En imágenes, Caracas de fiesta ayer por la noche.

2 commentaires:

martha.landa@gmail.com a dit…

Desde estas tierras tan contaminadas a todo nivel, me da mucho gusto leer tus comentarios sobre lo que pasa en Venezuela, Patricia. Un abrazo. Martha.

Patricia De Souza a dit…

Me hace feliz, Martha, gracias...