Escribo que escribo en Bogotá que estoy en Bogotá y que me gusta esta ciudad, su caos, la formalidad al de su gente al hablar el castellano, muy parecida a la de Venezuela ("mi amor", y el "pues" como muletilla), solo que allá es más directo, más soleado. No pensaba que el valle de Bogotá fuese tan extendido, pero es amplio y la ciudad muy grande, con construcciones de ladrillo, estilo anglosajón. Parece que a inicios de siglo se desató una fobia anti-barroca, que seguro explica esta influencia inglesa. Ahora paseaba, sola, por el parque de la Independencia, previo alto para tomar una "aromática" (como llaman aquí a las infusiones de hierba buena, manzanilla, o toronjil) y seguí por la avenida llena de vendedores ambulantes, mercaditos de pulgas donde encontré un libro de Bernanos, y la película de Oliver Stone sobre Chávez, que acaba de decepcionarme con sus declaraciones apoyando a Gadafi (no puede ser tan torpe y tan cretino!!), en uno de ellos..., gente en bicicleta (las ciclovías de Bogotá son impecables), toda una población volcada a las calles... Y eso, me seduce...
Ayer el museo del oro me dejó boquiabierta, nunca había visto tantas piezas juntas (aunque en el Perú no debe haber menos), objetos de una delicadeza y un trabajo realmente sorprendentes, utensilios, joyas, instrumentos de música, fetiches, escenarización de rituales, máscaras, pecheras, lanzas, bastones, chamanes, una explosión de oro...
y ahora dejo este blog para seguir respirando la ciudad, sus acentos, sus olores, sus ritmos lentos (casi no hay ruido pese a ser tumultuosa, y los taxis, ¿quieren que les diga?, pese a que en Lima hay cosas que no cambiaría por nada, los taxis son ejemplares!! Voilá)...
hablo con mi madre, sigue adolorida, me imagino su herida aún tan sensible, ella tan frágil y tan valiente... me retuerce el estómago cuando pienso que sufre. Compro una antología de Silvia Plath en la librería del FCE, en la calle 11... pienso que leerla me hará más fuerte. Leo también a mi Simone, a Judith Butler yb las cartas de Van Gogh a Théo,.. leo cuando puedo, en un parque, en la habitación del hotel, en un café...
subiremos al cerro para ver el Monasterio de Monserrate..
Ps: pero, el Internet es muy malo en el hotel, lentísimo y no puedo colgar imágenes, casi nada...
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