Estoy oyendo una emisión especial sobre Egipto. Me conmueve su situación: todo tiene que empezar de nuevo, pero ¿hacia dónde dirigirse? No cuesta mucho nacer cada día, escribía Colette, pero a veces no se nace a la luz, sino a la oscuridad... Todo depende de saber orientarse...
Pienso en la frase de Chateaubriand: un rostro que se resiste a nacer... o tal vez sea mía, no lo sé...
He tomado notas, acompañando a mi madre. Su estado físico es frágil, pero moralmente es sólida. La siento sola, en una experiencia que no comparte, o que no desea compartir. Y es extraño, es extraño verla así, tan autocentrada. No he puesto un pie en el mar, podría ir, está a dos cuadras (la casa de Tatiana, está a dos pasos del faro de Miraflores) y es fácil bajar, pero no me da el tiempo... Levantarse, escuchar un poco la radio y partir al hospital en los horribles taxis limeños(son los peores del continente!!),.... A veces, una caminata rápida... Olor a mar... humedad, bruma, nostalgia, una silueta aparece en medio de esa nubosidad licuada, una mano extendida, una intuición de compañía... A levantarse...
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