Salgo a Nueva York, pisar otro suelo, recorrer otro idioma, otras presencias, otras miradas. Comparar, aceptar, inventar... son las palabras que me vienen espontáneamente...
Creo que empecé a escribir con mucha desconfianza en mi idioma-lo sentía ajeno-, y me acercaba como un felino que huele su presa antes de devorarla, ahora, apoyada en el francés, lo siento más mío. Es como esa frase que dice: es justamente porque me aman que amo...
Me quedo sin computadora, y es extraño no tener ese objeto que casi es una protésis. La sensación de llevar menos peso encima... abandono mi mundo peruano, solo por unos días, llevo un paquete de Tristán bajo el brazo...
a plus tard...
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