IDENTIDAD
Y leía una entrevista a Beatriz Preciado (ver País semanal del 13.06.10), filósofa, nacida en España, que se define como Trans.. trans... y un largo etc... siempre en tránsito hacia algo distinto, no fijo. Es| interesante porque siento que comparto muchas ideas con ella, como aquella de que el cuerpo es una construcción social y política, como artificio y con un aspecto técnico, que yo interpreto como el lenguaje andropocéntrico que lo define y otro etc... Sobre la identidad sexual, es un fenómeno subjetivo, "plástico", afirma ella, y bio-político (recuerdo que dije eso cuando hubo la reedición de El último cuerpo de Úrsula (Sic ediciones) en Lima, en una entrevista en El dominical de El comercio que no produjo ninguna réplica, salvo silencio), y pensaba: sí la sexualidad es subjetiva, psicológica, plástica, diversa. La sexualidad no está ligada solo a la función genital sino al deseo, y el deseo es deseo de afecto, de reconocimiento, de compañía, el deseo es heteróclito y no es ni homosexual ni heterosexual, no necesito ser homosexual para comprender qué sucede con una persona que desea a alguien con su mismo cuerpo, pero sí para comprender qué me seduce en un hombre, y que es, pese a la experiencia, como el enamoramiento un misterio. Algo que tiene que ver con canalizaciones interiores, subjetivas, seguro plásticas, estéticas, morales,. una ausencia... se me ocurre, una ausencia, y casi un abandono de lo que soy para ser ese otro...
pero, insisto, no se reduce a un cuerpo biológico, es psicológico...
Y CASANOVA...
leyendo el libro de Chantal Thomas sobre Casanova, descubro que se decidió a escribir en francés ( la Historia de mi vida, publicada en Atalanta la empieza a los 60 años!) porque siente que es aquel que más se acomoda a los sentimientos y a la abstración del pensamiento. Para él es el idioma "de la perfección", de la aristocracia y el refinamiento, porque Casanova no creía en el amor por miedo (según CT) a esa afasia que puede producir en el lenguaje, esa "desposesión" que podemos sentir y que es temible, y prefiería así no hablar del amor. Pero también adoraba el español por vertiginoso, apasionado, fuerte, y abaominaba del inglés y detestaba el alemán (??).
cierto que cuando el lenguaje expresa sentimientos, puede que no mienta, puede que sea su verdadero gesto de verdad si se produce entrenga... pero, ¿será siempre así, o solo divaga, sueña? Lo que sí sé es que el "yo te amo", "je t'aime", "te deseo", "je t'en veux", son frases que logran un efecto inmediato en quien las oye, aunque ya casi nadie las emplee (¿o sí?). Hemos pasado a un lenguaje más funcional, más técnico, más mediático. Y así el lenguaje se va alejando se su función poética y se hace instrumental y aburrido, sí aburrido y terrible, cuando no llama a las cosas por su nombre...
Ilustración: revista Proceso 20.06.10
Uff; olvidé que Casanova pensaba en Italiano, y a veces, yo también. Va Battiato, las palabras tienen memoria.