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jeudi, juin 03, 2010

Ellas opinan

Un nueva reseña, aparecida en México, sobre Ellos dos. Loas dejo disfrutar la lectura...

ESCRIBIR EL DESARRAIGO


Patricia de Souza,
Ellos dos,
Col. Contemporáneos,
Editorial Jus,
México, 2009,
128 pp.


Patricia de Souza (Cora-Cora, 1964) es una narradora interesada por la autoficción, según ella misma declara. Poseedora de un estilo intimista, opta por privilegiar la primera persona gramatical, caso de sus dos libros más recientes, Erótika. Escenas de la vida sexual (2008), volumen de relatos, publicado en México y en España; y Ellos dos.
Ellos dos, la obra que ahora nos ocupa, fue publicada originalmente en Perú en el 2007 y ahora cuenta con una edición mexicana a cargo de Jus.

En esta novela, Patricia, narradora protagonista, refiere su obsesión con O, su pareja durante 8 años, con quien ha roto; situación que la hace sentirse desamparada, desarraigada, puesto que no solamente se enfrenta de nuevo a la soledad –era una mujer divorciada cuando conoció a O-, sino que este sentimiento se acentúa al estar autoexiliada en Europa, luchando por hacerse un nombre en el panorama literario.

Patricia reflexiona sobre las causas de la ruptura. Una de ellas es, precisamente, su oficio: “(…) era una de las razones por las que O había decidido alejarse de mí diciendo que no dejaba espacio para la relación”. (p. 19).
No obstante, ella está consciente de que “(…) se trataba de cosas mucho más complejas, de una espera desatendida de ambos lados (…) Estábamos tan confundidos, tan inseguros el uno con el otro, que sólo la distancia podía acercarnos (..)” (p. 20)
Tras separarse de O, entabla una relación bastante extraña con Lyes, un chico de quien ignora hasta lo indispensable, pero cuya compañía la fortalece.
Su obsesión por la expareja le hace preguntarse: “¿Dónde estará él? ¿Qué hará ahora sin mí?, es lo que más me interesa, cómo puede caminar, comer o dormir sin mí, cómo alguien puede estar sin mí, eso, no lo acabo de comprender o no quiero, ¿es tan difícil de entender?” (pp. 99-100)
La salvación que para ella implica la literatura, por su parte, la explica de esta manera: “Estando al borde de la miseria sin casa y sin trabajo, he podido sentir la libertad gracias a las palabras” (p. 81).
La búsqueda de esa salvación resulta evidente, puesto que Patricia realiza este ejercicio introspectivo-retrospectivo por escrito, aunque no sepa bien a bien a dónde llegará con ello.






Lo que sí tiene muy claro son dos cosas: su empeño en seguir su deseo, ese deseo que “se mide en igual medida que la necesidad de libertad” (p. 110); y la certeza de que enfrentará su desarraigo.

El estilo doloroso y lúcido de la autora, así como su intencional reconstrucción de un pasado, nos remite al de Marguerite Duras en El amante, pues en ambas obras las autoras contribuyen a crearse un mito, basado en tres elementos principales: deseo, desarraigo, literatura.



Elena Méndez
elcuerpodeldelito@gmail.com

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