Houllebecq vuelve
Por Patricia De Souza
Se acaba de anunciar en Francia la próxima novela de Michel Houllebecq, Una isla posible. La noticia no sería tan importante sino fuese porque todo el mundo dice, incluso el mismo autor, que será todo un acontecimiento. El despliegue es vasto, número especial de Los Inrrokuptibles, la revista parisina que lanzó a Houellebecq en sus inicios. En realidad todo lo que ha tocado este autor se ha convertido en oro. Pasó de ser un triste ingeniero agrónomo a un resignado escritor que se enorgullece de haberse comprado un Mercedes Benz, alguien tímido que no teme que lo filmen para la televisión. Uno de los últimos números de esta revista le dedica un número especial, con textos de Fernando Arrabal y Julian Barnes, quien revela los entretelones del premio de novela Noviembre del cual fue jurado (Barnes cuenta que fue Mario Vargas Llosa quien calificó Las partículas elementales (Anagrama 2000) de insolente haciendo que la balanza se incline de su lado).
Lo que sorprende es que desesperado y todo Houllebecq no dude en aparecer en cámaras, en hacer todo lo que le piden, incluso ser observado por un camarógrafo como una especie de animal raro en su casa-refugio de Almería. Para escribir su nueva novela, Houllebecq pasó un año y medio en esa región de España. Parte de este nuevo libro sucede allí y necesitaba encontrarse cerca del lugar donde suceden los hechos. En la entrevista dice que en España la gente es menos hipócrita que en Francia, o que los programas de televión de concursos y premios tienen un público más sano, menos cínico que el caso francés.
El tema de la próxima novela parace ser la clonación y las implicaciones morales y éticas que esto significa. En Francia, Houllebecq se ha convertido en un fenómeno masivo tipo Sartre, todo el mundo habla de él dando opiniones encontradas. ¿Se trata de un reaccionario, sí o no? Para Nancy Houston, escritora, sí, al plantear una visión del mundo homogénea y fatalista. Richard Millet, autor de Gallimard, de quien se acaba de publicar un libro de entrevistas, que pone por encima de la literatura francesa a la literatura hispanoamericana, nos dice que es sociología, pero que su lenguaje es elaborado. El mismo Houllebecq contesta: si fuese un reaccionario no diría que todo es irreversible y que está en movimiento. Por supuesto que sí, pero no es solamente decirlo, sino aceptarlo. En todo caso Houllebecq no pasará desapercibido para la temporada de setiembre,
Entrevista a Richard Millet
Autor de unas 30 novelas, Richard Millet es uno de los autores más importantes en Francia, dotado de un mundo singular y una ecritura personal. Director de la coleccion Blanca de la editorial Gallimard nos da algunas opiniones sobre la literatura francesa. Estas opiniones también acaban de salir publicadas en Acoso literario, Gallimard 2005.
1.- Por qué dice que la literatura francesa está acabada?
RM: porque no hay nada en el panorama, somos un país aburrido. Uno se aburre aquí, un país viejo y cansado, ¿no le parece?
2. Pero usted habla de sintaxis imprecisa al referirse a Jean Echenoz...
RM: Yo pienso en la experiencia literaria como una experiencia interior, al estilo de Bataille, y no como una experiencia interior sin manejo del idioma: un idioma constituye la experiencia en sí misma. Y sin embargo, para los escritores contemporáneos, la literatura no es más que un divertimento post-moderno, sin memoria, sin música y sin experiencia interior. Fíjese en lo que sucede en España, en Javier Marías, Muñoz Molina, o en todos los escritores de sudamérica, Vargas Llosa o Carpentier, hay un manejo del idioma.
3. Usted les reprocha sus espontaneidad...
RM: Ser escritor es empujar la paradoja hasta el extremo: es tratar de mirar de frente el sol y la muerte, es decir, sin melancolía, con una jubilicación calma, con ironía e insolencia, por qué no, pero no creo en los textos espontáneos, sólo si tienen el fulgor de los textos de Pascal.
4. Y Houllebecq?
RM: Es una estrategia sociológica.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire