estamos inundando.as de imágnes del atentado de ayer en barcelona, ciudad donde he vivido por temporadas y que me es particularmente cercana. No me gusta hablar con la emoción del instante, aprovechar coyunturas, aumentar el grueso de las "opinaderías" en la web.
esta forma de guerra barata, con lo que está a la mano, ejecutada por los que se dicen "el ejército islámico", no es solo terrorismo deplorable a secas, es más complejo, y tiene que ver con la posición de occidente que ha impuesto la guerra en parte del oriente medio. Pocas veces nos preguntamos cuáles son los rostros de quienes mueren día a día en atentados en Irak, Afganistán, Siria, o cualquier otro lugar acosado por la guerra. "La coalición", de la cual forma parte España con su gobierno de derecha, ataca, no rinde cuentas.
No puedo evitar pensar en lo desmesurado de las reacciones que no se interrogan sobre el tema de fondo, que es político. No creo que sea la identidad, además mcuhas veces comprendida como un producto, lo que esté atacando, es un conjunto político, cultural.
Barcelona es una ciudad que sufre los problemas de toda ciudad globalizada, emigración, saturación, costos altos, desarraigo, homogenización de la ciudad, etc... No es el paraíso turístico que se halaga mostrar en las redes, es una ciudad que padece ese turismo que ha generado un enorme desarraigo entre la gente que vive en esa ciudad.
de pronto, la gente se siente atacada en "su nodo de vivir", pero ¿cuál es ese modo de vivir?
esa es la pregunta que hay que tratar de responder, la respuesta a estas escaladas teroristas no es técnica, es política.
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