lundi, août 14, 2017
Crítica a la vida moderna 4
un día calusoro en un París casi vacío. Es extraño, como si hubiese habido una catástrofe y todo el mundo andase en refugio. Hemos caminado mucho, plazas solitarias, cafés vetustos, llenos de objetos y con poca gente. La verdad que París es rico en espacios secretos, pasajes, calles desiertas, pequeñas ciudades dentro de la ciudad. Estos días he tratado de descifrar que hay dentro de lo que llamamos una trama vital, esas narra ji es que construimos día a día esperando dar un sentido a nuestra vida. Los viajes vividos por personas sensibles, despersonalizan porque hacen que esa trama se agujeree, se haga huecos con espacios que son bolsas de tiempo vacío. Hay que poner cosas dentro de ellas aunque no sabemos cuáles. También he estado pensando qué es la vida frente a la muerte, es inevitable cuando alguien se va, su energía se disuelve, qué sucede? Feo que toda expresión de afecto cura, junta, recupera, da alegría. Me dio pena no tener esa generosidad que no espera retorno. Me hubiese gustado ser más generosa. Aprender. Estar en armonía, sentir que podemos entrar en un movimiento cinético con ,a naturaleza, con los hechos más duros, o más inesperados. Cuando hay compañía, cada cosa está repleta de palabras, de gestos. Eso es importante. Esta noche nos iremos al restaurante peruano con u. Amigo fotógrafo. I tentamos enraizar os a través de la comida. En este caso, de dos pisco souers.
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