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vendredi, mai 25, 2012

El placer de la indulgencia

hay días en que es fácil sentir la indulgencia de la vida sobre ti, como si de pronto las cosas, yo y las cosas, entrasen en armonía, la respiración se encuentra con el cuerpo, sin presión...

retozar frente a la ventana entre cantos de pájaros y el cielo alto de Caracas, leer, abandonar, escribir, leer. salir en un microbús y establecer una complicidad inmediata con el conductor, hay una gracia en mucha gente que irradia una energía clara, o la siento clara y cálida, no sé, aunque si sé que hay situaciones que sacan lo mejor de nosotras. por ejemplo:
estuve en el Ministerio bolivariano de la cultura por unos libros, y había, cómo decir... un ambiente de bondad, una calidez que fluía acercándonos en un roce suave, sin esfuerzo. las palabras fluían, las conversaciones, idem...

en perspectiva varios libros para publicar, traducciones de Flora Tristán, Simone Weil, en las ediciones populares editadas por ese mismo ministerio...reediciones también, pero no me gusta hablar de mis libros, siento que piso el palito de la vanidad, y no quiero ceder... salvo excepciones... ¿cuáles? cuando me encuentro con alguna persona

hoy es un día sin esfuerzo, fluyo...

y es bastante...

2 commentaires:

uncuartopropio a dit…

Sin esfuerzo... suena bien.Encontré tu blog por casualidad en una de esas largas etapas de esfuerzo constante. Desde Un cuarto propio hoy apostamos también por ralentizar el ritmo. Abrazos, un placer.

Patricia De Souza a dit…

Bueno, es tal vez un "azar objetivo"... suele suceder... abrazos