Pages

lundi, mai 07, 2012

Comprometerse, una apuesta, elecciones en Francia.

Moralmente es reconfortante que haya ganado François Hollande, representante del Partido socialista a las elecciones presidenciales en Francia. Además de un mensaje con visos universales, que busca proyectar las ideas de solidaridad, justicia y reconciliación, en un momento crucial de crisis de valores  a nivel planetario, Francia ha tenido el valor de votar por promesas que a muchas personas les parecen románticas: el sueño de que podemos ser siempre mejores, que la economía no puede gobernar la vida de todo el mundo, que la autonomía, la libertad, la solidaridad, pueden seguir siendo valores universales. Francia ha votado por la hospitalidad, dando la espalda al mensaje hostil y xenófobo de le derecha, ha apostado por el sueño (una joven decía, con Sarkozy se prohibía soñar con un mundo mejor, es la frase que también entonaban los indignados de España), por la fuerza humana de la confianza, la creatividad y la promesa de un  futuro menos sombrío. Por primera vez he votado y he hecho pública mi elección, imposible evitar comprometerse en un contexto semejante en el cual hay que apostar, no al azar, sino a la confianza, a la vocación por valores que son indispensables para hacer frente a una ola alta y violenta como la de la extrema derecha y las derechas del mundo que miran con sarcasmo (y cinismo) las credenciales de aquellos y aquellas que pensamos que las cosas no tienen por qué terminar mal, no tenemos por qué seguir viviendo fragmentadoas por el miedo al futuro,  la inestabilidad o la humillación constante. Tenemos y podemos soñar, hacía falta un poco de valentía, estas elecciones son una muestra. Frente a la campaña violenta, fundada en la denigración y el miedo del otro@, ha surgido la mirada solidaria, vitalista de quien confía y sueña. Eros frente a Tánatos. Gobernar, dirigir, no es solo el manejo inteligente de cifras macro-económicas, no es una técnica, es una forma de conducir, de dialogar, de encaminar y acompañar,  es saber (sabiduría), y es político. Ese es un tema que me parece relevante, el hecho de que entendamos que gobernar, representar ese acuerdo que significa la democracia representativa, con todas las limitaciones que posee (todavía no ha llegado el tiempo de una presidenta, Martine Aubry, por ejemplo) es  una confianza otorgada  a quien guía con el voto electoral. Tal vez la dialéctica permita que las desigualdades permitan que surjan nuevos liderazgos,  no lo sé, pero es ya un paso en esa dirección que deja de lado las soluciones únicamente técnicas. No se trata de comisarios, policías, técnicos, se trata de personas con una visión política que no vean abstracciones y cifras ahí dónde hay personas concretas, dependencias o vasallismos, ahí donde hay necesidad, que no confundan el reclamo con el oportunismo, que no disfrace de pereza lo que es una limitación social, que no acepte las presiones del capitalismo financiero que especula a nivel mundial, que sepa decir No. Creo que ese fue el sentido de la frase "La France n'est pas n'importe quel pays d'Europe", Francia puede decir no con excepción, pues claro, si eso significa oponerse a una forma de pensamiento dominante que pretende hacernos creer que debemos aceptar que la riqueza acumulada es un derecho de unos cuantas personas y la pobreza el destino de una mayoría. No, no, no.
No a la simplificación
no a la dependencia
no al ultraliberalismo como doctrina
no a la economía de mercado depredadora
sí a la vida
a la soberanía
a la dignidad
a la solidaridad
a la confianza
a la imaginación
al lenguaje
al sueño
a la alegría
Sí, podemos ser siempre mejores...

Aucun commentaire: