creo que si dejo pasar muchos días, olvido las ideas y las sensaciones. Como este blog es más un cuaderno de notas, esperar a tener una idea clara de lo que voy a escribir, hace que pierda espontaneidad. Ahora mismo siento cómo las manos van lentas sobre el teclado, titubean, tardan en seguirme...
estoy en estado de espera por mi viaje a Lima, ya tengo la cabeza puesta allá, en las presencias que me esperan y en toda la ciudad, las calles, los olores, los colores tenues...
estoy ametrallada de lecturas, literalmente, entre la campaña política en Francia, la de Venezuela, estoy llena de información concreta, por instantes me aparto y cojo mi libro de La pléiade, de Marguerite Duras, y leo La vie tranquile o Les impudents, dos textos que no conocía y que son soberbios...
tengo un árbol florido, lleno de flores amarillas frente a mí, un soberbio árbol elevado donde paseo la mirada cada vez que dejo de escribir...
hasta Lima entonces
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