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vendredi, avril 27, 2012

el empobrecimiento no es solo material

Algo es evidente en este tiempo de elecciones en una buena parte del planeta. Lamentablemente el "viejo continente" ha envejecido todavía más y de forma brutal. Hay ahora una simetría entre empobrecimiento material (el desempleo, la pauperización de la vida) con el empobrecimiento (casi entorpecimiento) espiritual, ni valores nobles, ni ideales,  pensamiento concreto, desencarnado, egoísta, cerrado en sí mismo. Imposible fomentar el diálogo, la reflexión: estamos en una etapa de no-reflexión y solo de reacción. La sociedad mercantilista ha fomentado de alguna manera esta nueva generación de jóvenes y menos jóvenes encerrados en fortalezas, que solo pueden ver el mundo a través del prisma individual, como una sociedad super yoica que no puede trascender su propia vivencia, su experiencia contingente. Las sociedades occidentales explotan, se quiebran moralmente y se radicalizan. El lenguaje se empobrece, se embrutece, sobrevive a duras penas en una lógica de presente inmediato.

Sucede lo contrario en esta parte del continente donde los valores de solidaridad y justicia empiezan a asumir una ciudadanía, ¿por qué? ¿cómo hemos logrado preservarnos de este marasmo general? Creo que el hecho de haber pasado de ser sociedades semi-feudales a sociedades más democráticas, ha permitido hacer ese paso con una clara idea de lo que es la explotación y la miseria. Europa ha perdido esa memoria y no la quiere reanimar, solo quiere aferrarse a la idea de que ha llegado a obtener un nivel de vida idóneo, impuesto como modelo de bienestar, y no quiere ponerlo en duda. Quizás en sociedades donde los movimientos sociales están en plena efervescencia ese tipo de paradigmas no tienen el mismo prestigio, la calidad de vida se mide también en una calidad afectiva en la convivencia con los demás. La "miserización" de las sociedades tiene que ver con un encierro, encierro tal vez en concepto, en la idea, que ha despreciado lo afectivo, como forma de solidaridad, como valor moral, en favor de la eficacia, la perfomance...

hay que esperar a ver qué sucede, porque también es cierto que muchos contenidos del Frente nacional, han circulado sin nombre y sin etiqueta en nuestros países, con una indulgencia siempre sospechosa...

no creo que exista una "especificidad nacional" de estos sentimientos, sino una circunstancia, una lógica histórica que puede ayudarnos a comprender lo que sucede, ¿por qué tanto miedo de los demás, qué produce esta confrontación cultural en una época de emigrantes, de relativismo cultural...etc? Hay una relación entre este miedo de la precariedad que encarna el otroa, y el miedo a desaparecer, miedo de morir, es la vulnerabilidad del débil que se puede convertir en agresión, en violencia. De ahí que encontremos respuestas cada vez más radicales... este tiempo nos exige más imaginación, más valentía, más confianza... y eso no está ganado...

y ahora, a cruzar los dedos para el Partido socialista gane las elecciones en Francia, moralmente, nos haría bien.

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