Hoy empieza el voto por la elecciones presidenciales en Francia en otra parte del hemisferio. Diez candidatos a la presidencia, entre ellos, tres mujeres, una de ellas de extrema derecha, Marine Le Pen. La campaña ha estado marcada por el ascenso del candidato de, Frente de izquierda, Jean-Luc Mélenchon, virulento, apasionado, admirador de Fidel Castro y de Hugo Chávez. Y aquí me detengo para hacer una aclaración: nunca entiendo esa simplificación de poner a Cuba en el mismo lugar de Venezuela: ¿quién vota en Cuba, quién tiene acceso a la información, al internet, a todos los medios? Otro elemento de juicio, cuando se habla de dictadura, se habla de monopolios de medios de comunicación, de restricción de libertad de expresión, cosa que es deshonesto porque en Venezuela se defiende y existe la libertad de expresión, basta con ver todos los canales de televisión, Globovisión, es uno de los que más están en la televisión por cable, y basta con ver la prensa escrita (El nacional, El Universal Tal cual...). No conozco ningún caso de periodistas perseguidos por opinar en contra del gobierno, si fuese así, el candidato de la oposición no estaría en plena campaña; entonces, pensaba, si quieren decir que hay un acaparamiento de poder, que la llamen "dictadura del proletariado" (que no reconoce que es un verdadero poder popular inédito en nuestro continente), es la clase trabajadora la que está en un 60% con el gobierno, es ella la que siente que tiene el poder. Es el método para gobernar el que se critica, la reelección, la creación de un Estado empresarial, pero no que sea ilegítimo. Y, volviendo al tema de esta mañana. Hay una clara distancia entre la izquierda y la derecha en Francia. Decir, son lo mismo, es de una simplificación apresurada. El pensamiento de derecha es la muerte, decía Marguerite Duras, no respira. no vive su tiempo. Los candidatos de derecha, y la ultra derecha en Francia sueñan con una república homogénea, autoritaria, decidida (de ahí que Sarkozy emplee el slogan "La France forte", contra la France molle (blanda)" de Francois Hollande), una oposición simbólica de una Francia que dialoga, que mantiene su gusto por los otroas, por la diversidad, la hospitalidad, la solidaridad. Es un pensamiento rígido contra uno dúctil, una necesidad de verdades categóricas, contra la necesidad de establecer una dialéctica que permita siempre un consenso, la temeridad frente a la sabiduría, la represión contra la confianza, la simplificación contra la complejidad, actuar en lugar de reflexionar... etc...
Por eso sí me parece importante que la población francesa se movilice haciendo conocer qué desea para su país, ese deseo de expresar una opinión, que hemos reconocido como Democracia, es nuestra divisa más importante. No se aspira a la perfección, pero si a la opinión, a la participación, esa voluntad es soberana y siempre es respetada con todas las limitaciones que pueda comprender....
¿qué haré yo como ciudadana peruana, francesa, expatriada y desarraigada? iré a votar contra ese desarraigo por una propuesta, la del Partido Socialista o el Frente de izquierda, que me parece cercana, en la cual reconozco valores que me son afines e importantes en esta época tan estridente y brutal. veremos qué pasa. Confío en que la izquierda saldrá adelante...
Palante!!
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