Los dados han sido lanzados en las elecciones presidenciales en Francia, Francois Hollande, ha obtenido el 28,7 de los votos de la población, pero el Frente Nacional, con un discurso que se banaliza y se vuelve moneda de cambio común, ha logrado casi un 20%, cosa que no desconcierta, pero sí hiere. ¿Por qué una parte de la población se siente amenazada, siente miedo, opta por un proyecto tan arcaico, egoísta, y ciego con su tiempo? Tal vez porque subsiste y ser de "izquierda" se ha convertido en sinónimo de privilegio, de acceso a muchas cosas que mucha gente ve como prohibidas y lejos de su alcance; la nobleza y la solidaridad no son valores que resistan a este embate violento, necesitan de cierta seguridad, de cierta serenidad. Como si la pobreza, el desplazamiento y el miedo buscasen desesperadamente a quien culpar, sin confiar en otro proyecto que no sea el xenófobo y radical del FN. El mejor chivo expiatorio es el otroa, a quien no conocemos pero que deseamos responsabilizar de todos nuestros males, ese ateísmo humano que lleva a los gestos más terribles, más violentos. Nicolas Sarkzoy ha demostrado que está dispuesto a todo, incluso a arrasar con el discurso republicano gaullista tradicional para ubicarse en los bordes del FN y capturar votos, utilizar los mismos métodos, la misma retórica de una especie de Restauración que llegue a incluir a esoas desplazados, víctimas de la desconfianza y el miedo.
es importante que las "izquierdas del mundo" estén unidas, que surjan en medio de este discurso violento y autista que tiene la derecha, que hagan pensar al mundo entero que la economía no es sagrada, que ella no es la única salida para los problemas, y que tiene que estar en función de una voluntad política: la igualdad y la solidaridad. No se puede dejar en manos de la derecha el mando planetario de este tiempo, abandonar el sueño y al esperanza de un mundo mejor, y dejar que el cinismo y el desapego dominen. Fue bueno oír a Segolene Royale, la única mujer que se enfrentó al actual Presidente como candidata en el 2007, haciendo un llamado a la reflexión en este sector de la población francesa desencantado y amargo para que no confíen el destino de su país a las fuerzas de derecha, poniendo énfasis en su desesperación. La nobleza, la creatividad, la valentía, no son valores de una elite, son de todo el mundo. No tenemos por qué pensar que hay que terminar por parecerse a lo que la sociedad mercantilista ha hecho de muchas personas: sub-ciudadanos, desplazados que buscan un lugar donde abrigarse, con hambre y mucha cólera. Creo que hay mucha cólera en este voto por Marine Le Pen que lo encarna muy bien, la cólera de la soledad y del encierro de la pobreza que empieza a ser un lugar común, cólera que se expresó hace poco en España con el voto masivo por el Partido Popular, que asume las misma retórica y acción del FN en muchas formas, cierre de fronteras, restricciones, reducciones presupuestales, etc... La economía convertida en la diosa dueña de los destinos, una diosa cruel, que voltea el rostro a los más frágiles.
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