Este siglo ha sido el de las emigraciones, de los desplazamientos. La globalización no solo han sido las cosas materiales, sino de personas de distinta nacionalidad. Esto ha producido un fenómeno extraño, una existencia virtual, administrativa, en países de lo que llamamos "primer mundo" por razones económicas. La economía como el valor absoluto y regulador. ¿Qué ha pasado con esas emigraciones por razones económicas, no culturales ni afectivas? Es decir, las personas que se "fueron de su país" por razones de subsistencia y no por elección, se han convertido en los fantasmas de esta sociedad que no comparten, cuya marcha mundana no los sigue, no les hace resonancia y solo los aisla. Una de las razones que hacen comprender las revuelta de Londres, primero en París, es ese exilio forzado en las que son bienvenidas la neurosis de desarraigo, las existencias virtuales y solitarias, las que que sobreviven sin participar, sin ser mirado(a)s, ni tomado(a)s en cuenta, es la negación más violente, más absoluta. ¿Pero, qué hacer cuando no se ha tomado en cuenta todos estos aspectos afectivos y sociales? Desarraigados somos todos en esta época de comunicación inmaterial y abstracta, llena de estridencias, de ruidos, en la Torre de babel en que henos convertido a la comunicación. Ycasi esquizofrénica: hablan voces desconocidas, sin cuerpo, desencarnadas y ausentes.
Lo terrible es que no hay marcha atrás, una vez en esa lógica de subsistencia, se forman ghettos, sustitutos y repúblicas paralelas a lo que podría ser un país: un proyecto de inclusión, para usar esta palabra que está de moda... y no exclusión... pero, ¿cómo llenar todos esos vacíos, el desconocimiento, y muchas veces, el desprecio de la cultura del otro(a)? No lo sé, pero no se trata de cerrar fronteras y arrojar a todo el mundo como pretenden las ultra derechas europeas, se trata de cambiar la actitud de los receptores, de los que reciben... y, ¿cómo? Solo queda el lenguaje, el lenguaje tiene que volver a incluir al otro, tomarlo en cuenta, oírlo y no ignorarlo, impregnarse, encarnarse, para no terminar todos autistas...
vivir administrativamente, pagar impuestos, trabajar para sobrevivir, no es el sentido de una vida, es sobre todo poder compartir, recuperar el gusto por los otros de manera concreta... Existir en lugar de sobrevivir...
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