Mi sed de prensa es impresionante, es decir, agosto, para mí, es una catástrofe porque la prensa adelgaza. Cierto hablo de la francesa, de Le Monde, o Liberation, sobre todo por los suplementos literarios. Llamada a Lima y conversación con mis sobrinos, que me encantan, son adorables y me gustaría estar con ellos y reírme de esa risa suelta, irresponsable.
Pero toda vida tiene sus limitaciones y sus dificultades, la mía no es más difícil que el resto de personas, pero es difícil, jaloneada de crisis constantes. Voilá. Nada extraordinari y quizás sea eso lo que la hace intensa. La douleur, como decía Duras, me hace amar la vida todavía más...
golpe de frivolidad esa tarde: dos camisas en Rapsodia y un panalón árabe que me fascina...
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