Pages

samedi, janvier 06, 2007

Cixous, Derrida


Ahora venía pensando en el taxi, soprendida al mismo tiempo por el cambio que se opera en Lima (el conductor manejaba escuchando una música hindú que yo escuchaba mientras veía las playas llenas de bañistas, feliz), en unos textos sobre Helène Cixous y Jacques Derrida. Sé que los unió una larga amistad, pero más allá de eso, sabía que habían compartido el pensamiento y una postura contra el sistema que les ha ganado muchas antipatías (la aversión de algunos contra la "deconstrucción" de Derrida) e inconvenientes para ser entendidos. Presumo que las nuevas generaciones estarán más preparadas para una forma de escritura y filosofía de este orden. Pienso en que, como yo, Helène Cixous, se ha opuesto a una forma de representación clásica de la mujer, a todo tipo de esencialismo (esencia masculina o femenina) y, como resultado a la lineairdad de la narración y como resultado una práctica de la fragmentación del texto. Yo no puedo escribir desde la narración porque significa bajar las armas y es casi una dimisión política de un gesto que de alguna forma empezó como una protesta contra mi condición de subordinada, escribir. Es así para mí como lo es para Cixous y como fue para Derrida dar forma a una filosofía que rechabaza toda categoría tradicional y que sin embargo no pretendía convertirse en una respuesta epistemológica a los problemas que planteaba. Simplemente es desde la deconstrucción de conceptos que él pretende dar forma a ideas como "diferenciación" o "huella" (trace)...

Para escapar del peso del cuerpo de mujer, pero para dejar su huella, de ahí que yo haya escrito "El último cuerpo de Úrsula" con un lenguaje casi indomable, era necesaria esa respiración del propio texto. Ninguna aseptisación me estaba permitida. Al menos, yo sentí que no tenía opción. Para llevar esto al plano de lo concreto, tengo la impresión de que las nuevas generaciones (mujeres incluidas) van hacia una relación más libre con su cuerpo y sus sentimientos, mucho menos torturada y más espontánea. Un cuerpo de mujer no puede ser un fetiche. Yo he adorado cuando alguien me ha hecho sentir libre de esa carga. Una frase oída hoy me sorprendió. Un hombre muy joven dijo: no me interesa el físico en una mujer, me interesa su cabeza. Y eso me ha hecho pesnar que tal vez la estigmatización del cuerpo femenino, cambiará. Por lo pronto la filosofía crítica de Derrida no es ni complicada ni oscura, es subversiva con un modelo que está muy enraizado en la forma de pensamiento occidental: las categorías y las normas.

Cada vez estoy más segura que si las mujeres ecriben más en un registro fragmentado, no es ingenuo, es una respuesta política a las formas de representación dominantes. Véase Helène Cixous, Marguerite Duras, Clarise Lispector, Unica Zurn, Christine Angot, Anais Nin, esta aspirante a un verdadero nombre, etc...
foto: Helène Cixous.

3 commentaires:

giovanni a dit…

A mí también me gusta el registro fragmentado. He leído un par de veces Moderato cantabile. Mi compañera ha publicado (en holandés) entrevistas profundas con Marguerite Duras y Nathalie Sarraute y otras escritoras.
Saludos desde Ámsterdam

Rain (Virginia M.T.) a dit…

Patricia, no me queda otro recurso que comentártelo por esta vía:
cómo me gustaría que alguna vez contestes los comentarios.

Este post tuyo es uno de los más notables que haya leído en mi tiempo de blogs.

Es muy valioso, porque me ayuda a develar cuestiones gtavitantes: el cuerpo fetiche de la mujer, las proyecciones de las escrituras de las mujeres, más allá de los esencialismos que señalas, aún se plantean.

Te agradezco esta valiosa entrega y
por su interés, creo que linkearé este post al puerto, para referirme a él.

Ventura sobretodo para tu vida, es el deseo que te envío, en este año que se ha iniciado.

elenasensa a dit…

Yo pienso que fijarse en la cabeza no es algo que nos aleje de los esencialismos sino que nos devuelve a ellos con mayor fuerza: muchos confunden lo que la mujer piensa con lo que ella es. Lo del estilo en la obra derrideana me parece que se refiere más a lo que la mujer aparenta, es decir que el cuerpo juega un papel importante, aunque claro que no es la esencia. El cuerpo parece ser precisamente el velo, mas lo que vela no es la "cabeza" (razón, pensamiento)sino que oculta y revela a sí mismo. El cuerpo es lo patente y lo inefable. Al igual que la verdad.
Y es precisamente el cuerpo lo que hace la diferencia.