esta frase de Los hermanos Karamasov es importante: Muchas veces debemos tratar a las personas como niños, algunos como enfermos...
Lo que me sugiere es que hay un principio general de "inocencia", que, muchas veces, no hay responsabilidad sobre los gestos y los actos, pero ¿podemos abstenernos de juzgar y qué sucede cuando debemos decidir de quién apartarnos y de quiénes nos debemos acercar o privilegiar la compañía". Yo creo que mi moral está inspirada en un" principio fundamental de la igualdad", es decir, no me creo (en el absoluto) mejor que nadie, pero sí creo que puedo actuar con más responsabilidad, aun más si soy conciente de la situación. Por otro lado me digo que es muy maternalista, no podemos infantilizar a la humanidad entera, pero sí podemos comprenderla. Dilema: cómo juzgar sin juzgarse al mismo tiempo con idéntica severidad? Pasa que yo confío mucho, muchísimo, en las personas, y, aunque den señales de desatención, creo que siempre puede haber un diálogo. ¿Soy tan magnánima? No, no me crean, no es más que mi modelo, aunque trate de estar siempre a la altura. Una vez escribí que la literatura me había obligado a trasdenderme, en ese sentido es muy Beauvoir y muy Sartre, y si esto puede servir a alguien que desee aventurarse en la escritura, bien....
hay una idea, ingenua e inocente de pensar que siempre, si somos mejores, haremos un bien, entregaremos algo bueno a los demás...
el lenguaje escrito nos hace más nobles tal vez, nos agudiza la mirada, nos obliga a pensar. Por eso, una degradación del idioma, un idioma que no piensa, que no transpira, nos hace impermeables. Pienso en mi conversación con JP, Pontalis, psicoanalista, amigo de Lacan y Sartre, en que todo crimen, paso al acto, tiene que ver con un desarreglo del idioma, con una falta total de imaginación. La mezquindad, tal vez sea eso... no ser capaces de imaginarnos a los demás de otra forma, no una menos secreta, más invisible... es un poco lo que sucede con los hermanos Karamasov, con Aliocha, sobre todo, y es por eso que Dostoiesvki es extraordinario....
Lo que me sugiere es que hay un principio general de "inocencia", que, muchas veces, no hay responsabilidad sobre los gestos y los actos, pero ¿podemos abstenernos de juzgar y qué sucede cuando debemos decidir de quién apartarnos y de quiénes nos debemos acercar o privilegiar la compañía". Yo creo que mi moral está inspirada en un" principio fundamental de la igualdad", es decir, no me creo (en el absoluto) mejor que nadie, pero sí creo que puedo actuar con más responsabilidad, aun más si soy conciente de la situación. Por otro lado me digo que es muy maternalista, no podemos infantilizar a la humanidad entera, pero sí podemos comprenderla. Dilema: cómo juzgar sin juzgarse al mismo tiempo con idéntica severidad? Pasa que yo confío mucho, muchísimo, en las personas, y, aunque den señales de desatención, creo que siempre puede haber un diálogo. ¿Soy tan magnánima? No, no me crean, no es más que mi modelo, aunque trate de estar siempre a la altura. Una vez escribí que la literatura me había obligado a trasdenderme, en ese sentido es muy Beauvoir y muy Sartre, y si esto puede servir a alguien que desee aventurarse en la escritura, bien....
hay una idea, ingenua e inocente de pensar que siempre, si somos mejores, haremos un bien, entregaremos algo bueno a los demás...
el lenguaje escrito nos hace más nobles tal vez, nos agudiza la mirada, nos obliga a pensar. Por eso, una degradación del idioma, un idioma que no piensa, que no transpira, nos hace impermeables. Pienso en mi conversación con JP, Pontalis, psicoanalista, amigo de Lacan y Sartre, en que todo crimen, paso al acto, tiene que ver con un desarreglo del idioma, con una falta total de imaginación. La mezquindad, tal vez sea eso... no ser capaces de imaginarnos a los demás de otra forma, no una menos secreta, más invisible... es un poco lo que sucede con los hermanos Karamasov, con Aliocha, sobre todo, y es por eso que Dostoiesvki es extraordinario....
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