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mercredi, juillet 21, 2010

Continuum...

Sigo indocumentada irresponsablemente, confío en que nadie me deetndrá.. me dejo llevar... seguimos sin luz en casa de mi querido amigo Rubén, pero hay algo que me seduce: es como si puedise recuperar un espacio interior, cada vez más desposeído, más auténtico... esta mañana desayuné en la playa de la Barceloneta, mojé los pies, me acordé de una parte de mi novela en francés, pensé en lo que me había dicho Millet, que debía terminarla, pensé en mi padre, en mi madre, en Olivier, en mi pasado, todo eso a una velocidad meteórica, y sentía una leve melancolía. El tiempo, las lecturas, la compañía de los otroas me ha daod algo importante, saber esperar, saber desprenderme, saber aceptar, con menos rebeldía, lo que sucede.
Anoche miraba a la gente pasar por el paseo Borbón, ligera, descrubierta, alegre, y, eso, incluso un anciano muerto de calor sentado en una banca, me conmovían... me sentí feliz de sentir eso, una alteridad, una unión con esa exterioridad para regresar a mi misma..

Mi taller me encanta, me encanta el contacto con la gente, la verdad que mis estudiantes son encantadores, de varias edades y poseen cierto candor.. así que estoy feliz, leyendo un máximo de cosas para ofrecerles lo mejor de mí... feliz de estar aquí, sin luz, reducida de espacio, pero el interior, creánmelo, es grande... grande...

1 commentaire:

Raskólnikov a dit…

Tus palabras transmiten calidez, mucha calidez y pasión- y entibian esta mañana fría.
Hago mías estas palabras de Eduardo Galeano, porque indudablemente las escribió pensando en un ser como tú:

El mundo

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia,
pudo subir al alto cielo.
A la vuelta contó. Dijo que había contemplado desde
arriba, la vida humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar
de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las
demás.
No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos
chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de
fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego
loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos
bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la
vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear,
y quien se acerca se enciende.

Saludos desde Argentina