de regreso de Lima, primero, la sensación de que las aguas retoman su nivel, que tendré que buscar la salida del túnel, que es imposible imaginar una situación sino la vemos de cerca, que es una posible explicación al egoísmo y la falta de empatía, en suma, tantas cosas, tantas interrogaciones, sentimientos de culpa, impotencias, sobre todo, la impotencia apretando el estómago o la sensación de no haber logrado alcanzar ninguna sobriedad: frente a una situación tan oscura, la indignación nubla vista.
vamos por partes, ¿qué ha pasado para llegar a una constatación tan pesimista?
han pasado casi tres años que no regresaba a Lima, ese enclave en el Oceáno pacífico que a veces regala serenidad, placer, compañía, y este regreso ha sido brutal. Casi no he reconocido el país que encontraba, enloquecido con la carrera de la ganancia y la explotación indiscrimanada. en medio de la indiferencia general. En ese contexto, una familia, y muchas personas amigas, están inmersas en una situación de vulnerabilidad absoluta, sin trabajo fijo, sin seguro, sin casa, con un presente sujeto al vaivén del capital especulativo, mientras más jóvenes, más prisioneros de esa situación que apenas llegan a procesar, a entender. Y a superar.
Porque en una situación desestructurada, no hay espacio donde ordenarse, la cabeza no logra procesar todo ese malltrato de la vida precaria (sino genera culpa en quien la vive), la pobreza y el hambre tienen el rostro de la guerra, se sobrevive como se puede, se vive como se puede. Algunas personas solo decaen. o se fijan en una perplejidad lenta, duradera.
La ciudad ha crecido de manera fenomenal, el transporte es siempre caótico, la ausencia de vegetación hace casi imposible tener temperaturas humanas porque el cemento hierve, y el país no está preparado para ese recalentamiento climático. la austeridad del pasado, de la culturas ancestrales, ha sido reemplazado por la ambición a corto plazo y la compra ilimitada de objetos, la mayor parte de baja calidad, industriales, nocivos para el medio ambiente. Un ejemplo: el plástico es rey en los supermecados, zapatos de plástico, muebles de plásttico... etc...El consumo barato da una sensación de bienestar que pesa sobre cadenas humanas de explotación y de humillación, el trabajo mal remunerado, físicamente agotador. El Perú es un excelente mercado, otro más, de los capitales más depredadores.
No solo es una familia que no se adapta a los nuevos parémetros de sobrevivencia, con ausencia de valores colectivos que dominan la sociedad peruana, también son las amistades que se convierten en relaciones de interés y donde la economía manda. Solo resisten las más sólidas, las más protegidas. Una excepción feliz.
he dormido con el estómago hecho nudos, frente a esa vulberabilidad exterior,
la literatura me da verguenza, me parece una impostura, una disociación patológica, una locura. Ausencia de lenguaje, no lograba nombrar todo ese desorden, solo sobrevolar desde la superficie, mi estado general era disperso, volátil. una forma de fuga.
a veces miro por la ventana las palmeras en el cielo de Barranco, lugar de cierta indulgencia, si se conocen los atajos, puedes pensar que una vida serena y frugal es posible, estar un poco en armonía con esa enorme metrópoli indiferente que es Lima, gigante, avasalladora.
tengo siempre la impresión que el Perú vive uno de los capitalismos más cínicos y más brutales, una buena parte de la populación ha sido abandonada a su suerte con la quimera del "emprendedurismo", y digo quimera, porque quien tiene poco o nada, no puede emprender (sic), quien no ha aprendido las reglas sucias de la ganancia sin escrúpulos no produce plusvalía, solo cae en el marasmo y la confusión.
Los niño.as los jóvenes, las mujeres, los anciano.as
En una sociedad floreciente, el mejor medidor del bienestar es la sitaución de sus poblaciones más vulnerables. La situación de los jóvenes, ¿es buena? ¿Cuánto gana un o una joven sin formación sino es el salario mínimo (200 dólares) y cuál es el costo de la vida? ¿Qué hace una persona que no tiene jubilación, sino tiene familia y un techo que la proteja, o una mujer sola no preparada? La respuesta es que aquellas personas que no tienen familia que las ayude o una situación económica familiar que permita una redistribución de bienes materiales, simplemente está condenada a la sobrevivencia dura, cruel, sin piedad. En el Perú no existen alocaciones sociales sino son limosmas, pensión 65, para personas en extrema pobreza, y las becas para jóvenes de familias pbres, Beca 18, o el seguro social para todoas, el SIS, que pronto se tendrá que pagar, super!
esa es la realidad de la mayoría, al margen de esa clase media creciente que se nutre de todas las fallas del sistema, evasión de impuestos, y la explotación de sus compatriotas. Un empleador puede acumular ganancia en poco tiempo, un pequeño empresario puede amasar capital a costa de otro.as que no han sabido adaptarse a la brutalida de este sistema.
Un lenguaje ausente
no hay lenguaje para hablar de esta situación, todo el mundo evade las preguntas de fondo, qué proyecto de país, cómo se puede imaginar un futuro de manera tan improvisada y una población que crece en medio de ese caos, con algunas mejoras aparentes que no logran estructurar una ciudadanía, una saber vivir junto.as---
cada vez que intento hablar del tema, la neurosis se implanta, la enemistad, la agresión. la hostilidad que muchas personas muestran a que se les señale estas fallas visibles, es una situación patógena. pasemos.
la democracia no es solo deliberar en periodo de elecciones, ni salir a protestar dejando intacta la matriz principal, es un rehacer completamnete el tejido social, pero, sin lenguaje, cuando no se habla de lo esencial, solo es un gesto de teatralidad, una especie de subasta de ideas que se las lleva el viento. La mayor parte de la población se ha creído el relato del sujeto todo poderoso, del "todo es posible", los smarphones garantizan el espejismo, dan la impresión de estar en el mundo globalizado, hasta que ese espejismo se choca con la realidad, conectados.as o no, la suerte de un.a pobre no cambia. Lo concreto es que sin jubiliación, sin prima de desempleo, con una educación paupérrima que se ha convertido en el negocio de algunoas especuladores sin escrúpulos, nadie resiste a las reglas del capital. Las personas mismas son capital y son solo un medio, no son un fin en sí mismo. Dijeron: ¿democracia?
El país es un caminante solo, apartado del mundo, hay sensación de encierro, que aumenta cuando el sol arrasa con el viento suave del Pacífico. Pensar que alguno.as personas salen al frente a protestar y decirme que tengo una visión apocalíptica, me empuja a escribir con más convicción. La vida es dura, muy dura en el Perú. Un país que no puede dar serenidad a su población, que no le deja tiempo para prepararse para lo esencial, que la somete a ese experimento atroz de la oferta y la demanda como único modelo de organizar la vida, que no le da educación, servicios dignos de ese nombre, que la deja enfrentarse por nada, al borde de la guerra civil, no es digno de llamarse un país.
es tiempo de entender que el bienestar de unoas, pocoas, no es la regla para todoas. he visto muchos espacios baldíos, tierras de nadie, azotadas por el polvo y el sol candente del sur. Lugares, que, de ocurrir algún desastre no-natural, será un drama humano, que no me digan que "todo va bien".
en tanto que la lucidez no nos abandone, todo es posible, plantar un árbol aquí, continuar compartiendo lo poco que se tiene, nombrando lo que parece imposible. Eses estado "pasamado", de una resignación vegetal, podría ser una forma de sabiduría, sino escondiera tanta trsiteza, tanto miedo de hablar, de decir, de protestar.
liberar la palabra es importante.
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