desde hace días en Lima, las variaciones de tono, de ánimo, son muy contradictorias. Diría que la concentración, la posibilidad de concentrarme en una idea se esfuma frente a la demanda de atención de familiares y amigo.as.
definitivamente vivir en el Perú, y en uan ciudad como Lima, no es fácil. Hay que entregar su alma, quedarse sin contenido para seguir el ritmo trepidante de esta ciudad.
no hay salida,
correr,
detenerse
correr,
en uan superposición de velocidades que no logramos controlar.
ayer, jueves 30 de noviembre, presentación de mi libro que e suna recopilación de ensayos, Eva no tiene paraíso. Una muestra de lo que suele suceder en mi país, irrespeto por le trabajo de la otra, desdén, desinformación, lenguaje confuso. Era tan patética la actitud de la presentadora, demostrar que ella estaba "capacitada para opinar", que no dejó que se hablase del libro, que, de paso no había leído.
esa mezquindad, esa falta de ideas, de no querer afrontar la pobreza de ideas, porque se trata de pobreza de ideas y de falta de lenguaje, los mismos efectos que hace mil años, ni una pizca de duda, extraña manera de avanzar en el mundo. Mis compatriotas parecen acorazado.as avanzando, o es que la arrogancia de pasar de la pobreza a cierto relativo consumo (abaratado por la precarización del empleo y la mano de obra) les ciega. Toda esta aparente bonanza tiene su lado oscuro: los millones de personas que viven en la pobreza. Y no pienso decir, ni escribir lo contrario.
regreso más tarde.
jeudi, novembre 30, 2017
samedi, novembre 18, 2017
días sin escribir
he pasado varios días en este lugar pensando que podría escribir, una ingenuidad de mi parte: la escritura, en mi caso, es un gesto afectivo, pensado, pero sobre todo sentido como experiencia de arraigo, de encarnar de forma más completa la experiencia. Y aquí ha habido un desfase de idioma, el inglés me resulta odioso cuando es asumido como el idioma "natural" de comunicación. En pleno conflicto catalán es el idioma deseado, en el cual, los que reclaman una existencia histórica en el presente, se hayan a gusto, pero que a mí me suena a dominación. Curiosamente, hay una plena identidad entre los, y las, catalanas con el inglés, se sienten acogidas y abandonan sus vestimentas de desarraigo, que es enorme porque su deseo de ser econocido.as como una comunidad hablante (no solo hablada) se estrella contra el curso de las cosas, el devenir del idioma castellano que crece en otras latitudes ajeno a esos procesos de conflicto con la identidad dentro de la nube tóxica de la globalización, y se dan más bien desde la lucha de clases. Por ejemplo, la lucha de los pueblos indígenas en américa latina. Aquí no son ni indígenas ni clases populares sino un conjunto de clases emergentes entre las cuales hay muchas fuerzas de derecha que no sirven para ilustrar una "cierta transversalidad" como me lo decía una persona pro independentista. Eso de querer fundirse en esa épica del reconocimiento de la identidad como pueblo, como nación, despierta todos los temores de una Europa que ha vivido varias guerras fraticidas en pos de esa búsqueda de una unidad perdida. El derecho a la autodeterminación de los pueblos ha sido usada en varios sentidos, el primero, como la reivindicación justa de un derecho, que sea legal, o no, era legímitmo, la segunda, como una forma de denuncia de opresión que no ha sido interpretada como tal porque el otro grupo se siente igual de oprimido por una exigencia semejante.
resultado, no ha habido diálogo ni lo habrá, la gente de cataluña se ha contado un relato que no se sostiene en la realidad, pero que alimenta algo más potente, la idea de un país... ya se verá con el tiempo.
mientras tanto llego a rastras a los últimos días de estadía aquí con una sensación desagradable, pocas conversaciones, o ninguna, donde haya habido verdadero intercambio, el feminismo, o lo que queda de él, se ha convertido en una especie de ascensor social para mujeres que redactan tesis, para quienes quieren organizar un poco el caos interior, y lo entiendo, pero quizás no era el lugar donde trabajar temas tan personales como son los míos.
la presión del inglés y el rechazo involuntario que produce el castellano en pleno conflicto ha sido pesado, muy pesado. Mal momento, pero igual he notado una americanización acelerada de esta región, todo el mundo es bilingue en inglés y lo prefiere antes que el idioma castellano que es sentido como "opresor". La población catalana es globalizada, muy orgullosa de estar en Europa, que, ahora amismo, les ha cerrado la puerta (y no sé por qué me suena a lo que sucedió con la Argentida durante la guerra de las Malvinas)....
a suivre...
a punto de partir a Lima...
resultado, no ha habido diálogo ni lo habrá, la gente de cataluña se ha contado un relato que no se sostiene en la realidad, pero que alimenta algo más potente, la idea de un país... ya se verá con el tiempo.
mientras tanto llego a rastras a los últimos días de estadía aquí con una sensación desagradable, pocas conversaciones, o ninguna, donde haya habido verdadero intercambio, el feminismo, o lo que queda de él, se ha convertido en una especie de ascensor social para mujeres que redactan tesis, para quienes quieren organizar un poco el caos interior, y lo entiendo, pero quizás no era el lugar donde trabajar temas tan personales como son los míos.
la presión del inglés y el rechazo involuntario que produce el castellano en pleno conflicto ha sido pesado, muy pesado. Mal momento, pero igual he notado una americanización acelerada de esta región, todo el mundo es bilingue en inglés y lo prefiere antes que el idioma castellano que es sentido como "opresor". La población catalana es globalizada, muy orgullosa de estar en Europa, que, ahora amismo, les ha cerrado la puerta (y no sé por qué me suena a lo que sucedió con la Argentida durante la guerra de las Malvinas)....
a suivre...
a punto de partir a Lima...
dimanche, novembre 05, 2017
crítica a la vida moderna. España, aparta de mi este cádiz.
Esta mañana he visto cómo amanecía la ciudad de Madrid. La basura ha sido recogida desde muy temprano, pero algunos mendigos duermen tiritando en los rincones de las entradas a los cafés. Dentro de esos cafés, la basura vuela por los aires (papeles, envolturas, servilletas...) parece que hubiese habido un terremoto o una catástrofe natural, pero es más bien ecológica!! Nadie cuida nada, nadie se hace responsable de este horror, eterna infancia. Un grupo de jóvenes bebe café comiendo hamburguesas tibias, sumidos en la indiferencia más completa. No hay otro sitio abierto a las ocho de la mañana, y decido tragarme mi aversión y meterme ahí para tomar un café. La chica que atiende es argentina, lo reconozco por el acento. Luego será al estación de Atocha, algunas personas con las cabezas pegadas tratan de hablar bajito para no molestar, es gente del Magreb o de Africa. Otros, vagabundos, alcohólicos, pobres desplazados y sin domicilio, dormitan envueltos en la mirada gélida de los transeúntes. Hay jóvenes latinoamericanos que se encargan de los trabajos más duros, transporte de carga etc... gracias a ello.as la sociedad sigue en pie, continúa su ritmo alocado. Y es moralmente duro y depredador. Si en Francia el capitalismo industrial está desatado, y hay algunas personas que lo identifican como responsable de la catástrofe ecológica y el desarraigo de nuestro tiempo, aquí no parece ser identificado como una de las razones, aquí todo el mundo parece sumido en una especie de perplejidad feliz. La infancia interminable y sin futuro, presente puro. Lo leo en esa expresión un poco ida, un poco fija, como alguien que no acaba de nacer. Ayer me quedé pensando si la gente que asistió al taller sobre Marina Tsvetayéva en la librería La central del Callao, entendió mi frase sobre la historia, cuando esta se impone a los movimientos interiores, violentándolos, dejándonos sin estado de alma, o sin alma, que es lo mismo. Sus expresiones no me revelaron nada.
Qué desierta es España. Tan distinta de Francia, de mi país, de todo lo que conozco. El tren ave es blanco, tan deslucido, que cuando veo un tgv francés que es azul (el azul es un color espiritual con densidad, el blanco es la disolución para mí), en una estación casi vacía, desertada por la calidad de encuentro humano desplazado a otros lugares más bastardos, calles, puentes, tiendas, recuerdo con alegría que vivo en Francia y que ahí, pese a todas mis quejas, queda un resabio de preocupación espiritual. Creo que en España, incluyendo Catalaluña, la ola neoliberal ha barrido con todo lo que podía quedar de lento, de atento. En eso, Cataluña es económicamente España, sigue el credo del dinero. La inociencia es rara. En el pueblo de Olot, a veces me cruzo con ancianos que se detienen a preguntar por una calle, un hombre me preguntó la otra vez, mostrándome un corazón de plástico en la Palma de su mano, si creía que era un zarcillo, cosa que me sorprendió, porque en América decimos aretes o pendientes...
Ciertas sociedades parece que no ofrecen otra cosa que el lenguaje de las cifras en una forma de pensamiento de la abstracción individual casi perpleja, debe ser esa la expresión poco plástica de algunos rostros. No identificarse con ese credo es ir a dar al basurero humano, no hay modelo que represente la frugalidad. Sociedad bajo tutela por flojera y por negligencia. Solo me atraen las personas y las sociedades que se atreven a pensar y asumir nuevos retos, los de alma nueva e irreverente.
Sociedades que imitan la libertad y falsifican la calidad de la vida, canje de cantidad por cantidad. Marcha silenciosa de gente que abandonado la iniciativa y sigue la música embriagadora del consumo. Todo el mundo llega a existir a través del consumo. Un cierto prestigio del objeto, sobre todo de la marca. Mujeres, todas, con uñas pintadas y iPhones que recorren grácilmente, respondiendo al mandato comercial. Mientras más intensa es la alienación más intensa su desconexión con su entorno, su ambiente, su idioma y su propia vida. Un sujeto sin sujeto.
Criaderos de chanchos/cerdos.
en las laderas de los cerros verdes, de vegetación mediterránea se recortan los innumerables criaderos de chanchos, habitáculos rectangulares, sin luz, con un surtidoress de alimento en tubos de acero pegados a las paredes. Cuando veo esto, me imagino a los cerdos apiñados, comiendo día y noche bajo un potente chorro de luz. Imposible comer después embutidos sin pensar en ese maltrato. Así que resisto a mis ganas de comerlos, aunque a veces ceda y cierre los ojos mientras me llevo uno de esos deliciosos pedazos a la boca.
voy llegando al final de mi estadía, ninguna conversación sobre el tema que no haya sido anécdotica. Me pregunto qué se va a hacer con la marca surgida: feminismo!
continúo más tarde.
Qué desierta es España. Tan distinta de Francia, de mi país, de todo lo que conozco. El tren ave es blanco, tan deslucido, que cuando veo un tgv francés que es azul (el azul es un color espiritual con densidad, el blanco es la disolución para mí), en una estación casi vacía, desertada por la calidad de encuentro humano desplazado a otros lugares más bastardos, calles, puentes, tiendas, recuerdo con alegría que vivo en Francia y que ahí, pese a todas mis quejas, queda un resabio de preocupación espiritual. Creo que en España, incluyendo Catalaluña, la ola neoliberal ha barrido con todo lo que podía quedar de lento, de atento. En eso, Cataluña es económicamente España, sigue el credo del dinero. La inociencia es rara. En el pueblo de Olot, a veces me cruzo con ancianos que se detienen a preguntar por una calle, un hombre me preguntó la otra vez, mostrándome un corazón de plástico en la Palma de su mano, si creía que era un zarcillo, cosa que me sorprendió, porque en América decimos aretes o pendientes...
Ciertas sociedades parece que no ofrecen otra cosa que el lenguaje de las cifras en una forma de pensamiento de la abstracción individual casi perpleja, debe ser esa la expresión poco plástica de algunos rostros. No identificarse con ese credo es ir a dar al basurero humano, no hay modelo que represente la frugalidad. Sociedad bajo tutela por flojera y por negligencia. Solo me atraen las personas y las sociedades que se atreven a pensar y asumir nuevos retos, los de alma nueva e irreverente.
Sociedades que imitan la libertad y falsifican la calidad de la vida, canje de cantidad por cantidad. Marcha silenciosa de gente que abandonado la iniciativa y sigue la música embriagadora del consumo. Todo el mundo llega a existir a través del consumo. Un cierto prestigio del objeto, sobre todo de la marca. Mujeres, todas, con uñas pintadas y iPhones que recorren grácilmente, respondiendo al mandato comercial. Mientras más intensa es la alienación más intensa su desconexión con su entorno, su ambiente, su idioma y su propia vida. Un sujeto sin sujeto.
Criaderos de chanchos/cerdos.
en las laderas de los cerros verdes, de vegetación mediterránea se recortan los innumerables criaderos de chanchos, habitáculos rectangulares, sin luz, con un surtidoress de alimento en tubos de acero pegados a las paredes. Cuando veo esto, me imagino a los cerdos apiñados, comiendo día y noche bajo un potente chorro de luz. Imposible comer después embutidos sin pensar en ese maltrato. Así que resisto a mis ganas de comerlos, aunque a veces ceda y cierre los ojos mientras me llevo uno de esos deliciosos pedazos a la boca.
voy llegando al final de mi estadía, ninguna conversación sobre el tema que no haya sido anécdotica. Me pregunto qué se va a hacer con la marca surgida: feminismo!
continúo más tarde.
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