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mardi, octobre 24, 2017

La soledad en las sociedades neoliberales

extraña sensación de llegar a un espacio desconocido e impersonal. lo primero es que el mundo interior se desorganiza, una angustia infantil, de no saber, de no conocer o poseer un lugar. es el fenómeno de los "países pobres" de los nacen habitantes vulnerables, siempre niños y niñas que pierden a su familia, a su padre y a su madre. Quienes son más inseguras son aquellas personas que no saben cuál es su lugar en la sociedad. Pues yo siempre me encuentro en ese no-lugar, de no saber qué hago aquí.
y la pregunta literal es qué hago aquí en un pueblo de cataluña, extraños devaneos de gente "sin arraigo", de mujeres que hemos salido al mundo a pelear ese espacio.

primera vez que me sucede que siento que mi idioma, el castellano que no he puesto en duda, es vivido por otro.as, catalanes, como un idioma colonial. Nunca antes había sentido algo semejante. Es para ellos y ellas, un idioma de la dominación, una máscara.

resultado: cómo puedo escribir en un idioma dominante sobre el mismo hecho de la dominación...

gran pregunta que aun no tiene respuesta. Algo la legitima, el hecho de que cuando escucho la voz de mi madre, sé que ella me ha regalado el lenguaje, mi lenguaje.

para poder estar en contacto con "nuestro lenguaje", el materno, necesitamos apropiarnos de él y en eso, las mujeres somos las más constantes, las más implicadas: nuestra palabra siempre está puesta en duda y es recibida con desconfianza.

Paréntesis: no me apetecía escribir mirando al muro, opté por voltear la mesa hacia la ventana y las montañas verdes, acariciadas por nubes. Una proeza porque pude sentir que volaba, lejos, hacia mi casa, hacia mis frazadas de la cama, hacia un espacio tibio donde colocar la cabeza.




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