Pages

vendredi, septembre 22, 2017

11 La sociedad industrial

desde hace días vengo ruminando este texto. ¿Qué significa la sociedad industrial? Una de sus características se origina en el tiempo en que se mecanizó la producción, otra sería cuando se empezó a producir en grandes cantidades, primero, para satisfacer una demanda humana (ligada a la necesidad), enseguida para crearla (el tema de la serie Mad Man, la publicidad ocupa todo).

Las sociedades industriales como las europeas, Francia es uno de los países más industrializados, han mencanizado la producción en detrimento de las personas que son reemplazadas por robtos, de ahí que se hable de la "desaparición del trabajo salariado". Los niveles de producción son tan altos que se produce demasiado y que esto supera la demanda creando basura!

no es ser apocalíptica, la producción industrial ha mecanizado, y contaminado todo. Digo todo, para empezar por el sector alimenticio donde las sustancias tóxicas, las manipulaciones genéticas para obtener ganancia, han terminado convirtiendo en un problema sanitario la alimentación. El otro aspecto, el que padezco a diario, es la mecanización de las relaciones humanas, A fuerza de exigir rendimiento y perfomance en todo, ser eficaz, palabra que usa mucho el actual Presidente, Macron, la gente se ha olvidado de vivir. Nadie mira nada, nadie escucha, nadie atiende.

Es la vida de la sociedad industrial, el aburrimiento y la monotonía, debido a la mecanización y la repetición de los tiempos de trabajo,  imponen un tan tan lento y sordo. En provincia, vivo en la ciudad de Pau, al pie de los Pirineos, la vida es todavía más lisa, y sin contrastes. La ciudad funciona con el tiempo de trabajo, las calles no tienen espacios para caminar y privilegian el el auto. Si miramos un mapa de Francia aéreo, veremos que es una dispersión de casas individuales en torno a un centro muy pequeño. Es decir, la "casa dormitorio", del trabajo a la casa, de la casa al trabajo. Esto ha creado una sociedad de gustos individuales y parejos, un ego egoísta y autocentrado y autosuficiente, una falsificación de la existencia en torno a esos valores de éxito, monetarios, y básicos. El encuentro social, la conversación, el tiempo compartido es mínimo. Como resultado es una sociedad que funciona como una contaduría, que monetariza todo, todo, su tiempo, sus frases, sus gestos, su saber común. Una cosa alucinante es que nadie comparte lo que sabe o aprende con la experiencia, para cada cosa existe un especialista (sic). Cosas simples, como por ejempo, si hay hongos en el bosque, o no sé, a qué hora pasa el tren que va a París. Todo es automatizado y mediado por una máquina!

es el horror encarnado. una vida es para poder disfrutar de la compañía, de la conversación, de la risa, del mundo que nos rodea en general, no para vivir encerradas automatizando gestos. Y es eso, cero aconteciemiento, cero compañía, concersación, sorpresa.

Una persona creativa inventa el acontecimiento, decía Franz Kafka, y es cierto solo en parte porque el lenguaje necesita de los demás para existir. El mismo tuvo una vida distinta, la vida no estaba tan atomizada y tan amenazada con ser una repetición de gestos de sobrevivencia como lo es ahora.

En suma, en esta Francia que se vacea de sus mejores características, el arte como alimento importante, el encuentro, el café, la caminata, se ve cada vez más homologada con la vida en países como Estados Unidos (los selfs services, los burger, starbucks, mac donalds, abundan), y al servicio de la obsesión de eficacia de contadores, administradores y tecnócratas.

me detengo un instante: miro por la ventana, la calle está vacía, de vez en cuando algún anciano.a atraviesa la calle (la gente mayor es la que circula a estas horas de trabajo), las veredas con angostas y llenas de protuberancias que impiden caminar distraida. A lo lejos la montaña es la única perspectiva agradable, además del verdor de la vegetación que disimula esta pobreza humana.
Si no es el centro, que es pequeñísimo, nada se altera. La gente parece adormecida, dormida, ausente. Nadie se mira, no hay mirada. Y nadie se habla. En este edificio que no es capitalino (pero que reproduce a la letra el modelo de la metrópolis), las vecinas, casi todas mujeres, no mantienen sino  relaciones administrativas. Nadie sabe qué sucede con nadie. Encierro y sofoco.

A mí, esta vida no se me parece. No puedo ser sedentaria en lo cotidiano porque no tengo una cabeza sedentaria. Me gusta la gente, todo tipo de gente. Y es lo que alimenta mis ideas, mis emociones y sensaciones. Me siento una salvaje amazónica (con mucho orgullo) en medio de un páramo.

Me aventuro a decir que esta forma de vida crea una serie de patologías mentales, afectivas, y de lenguaje. No solo existe el peligro concreto de que el clima del planeta enloquezca y que las poblaciones desaparezcan, sino que también de que las personas decidan hacer todo por desaparecer, a tal punto su vida les parecerá sin sentido. Observemos lo que sucede a nuestro alrededor, exploremos, reinventemos y no nos dejemps dominar. Sobre todo las mujeres que llevamos la peor parte de este horrible relato.

Aucun commentaire: