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lundi, octobre 12, 2015

¿Hacia la desaparición de los derechos de autorA?

Ayer, que visitaba una librería, cogí un librito que me dijeron que era gratis,  el tema: ¿2015, el final de los derechos de autorA? Lo feminizo porque nos implica también a las pocas mujeres que nos dedicamos a escribir. Según este informe-texto de Richard Malka (abogado del semanario Charlie Hebdo), en Europa se ha pasado a un milímetro de la aprobación de una ley sobre los derechos morales de autor. El sistema, que tiende a liberalizarse en todas las esferas, quiere que se acabe con el principio de "derechos de autor". Lo primero es entender qué está pasando en esta época digital en la cual muy poca gente lee y si lo hace es dentro de otro marco, menos disposición de tiempo y tendencia a invertir cada vez menos en los libros. En la comisión europea (y bajo presión norteamericana) se ha estado peleando por una reforma que desea reformar varias cosas que atentan directamente la idea de derechos. La primera es la gratuidad a través de la digitalización de una gran parte de fondos literarios, lo que llevaría a las bibliotecas a disponer de ellos con una exoneración de derechos que irían en contra de quienes escriben los libros. No solo es esto, son una serie de reformas, como abolir las limitaciones técnicas en función de la geo-localizaciónl y la libertad creativa (por ejemplo un autor podrá utilizar un personaje creado por otro sin su autorización, etc) y derecho a la información. En realidad todo parece muy justo y necesario solo que estas liberalizaciones del mercado se dan a través de los monopolios que ejercen control de mercancías (miremos a la literatura como una más ya que estamos) y y censura, quien no se adapte al Maenstream,  muere. Es lo que está pasando con las grandes editoriales que han dejado sin espacio a las independientes, es la forma más sencilla de dominación cultural (que sea Alfaguara, Radom House) y de sometimiento, hay que aceptar las reglas que tenderán a homogeneizarse acabando con la libertad de las personas que deseen, de manera, romántica, crear.

Si el autor  y la autora dejaron de existir desde el instante en que la idea del texto inmanente y todopoderoso en manos del lector apareció con Barthes, quien estaba lejos de imaginar esta explosión antropológica del Internet, ahora, el mercado terminará con la idea de originalidad y de derechos de autor. O sea, Google y Amazon harán explotar las barreras geográficas para, se supone, "democratizar" el acceso a fuentes importantes de saber (sic). Yo creo que a mí también me lo pareció, el hecho de que la literatura siga siendo un hecho aislado y elitista, me parecía arcaico (de alguna manera la hago responsable de no haber sabido entender su tiempo, y con ello, a quienes la hacen, o sea, yo Pepe, Manuel, Jaime, María y Laura...) pero, si analizas lo que se publica, se tiende a una homogenización, es decir que solo se deja circular un tipo de textos y libros y a los otros se les cierra el paso con un mínimo de censura. El servidor de Apple, por dar un ejemplo, no pone en línea ciertos libros que puede censurar desde distintos criterios, la mayoría, conservadores, una portada considerada escandalosa, y un contenido ofensivo, etc... Pero, ¿quién decide  qué es ofensivo, el hombre y la mujer de la calle o un hombre con corbata en medio de un sala fría desde donde se mira el mundo como algo plano.... ¿y dónde están las mujeres? Los cientos de editoriales, agentes y escritores y escritoras que sueñan con una lista de Piza, esperan impacientes que sus libros se vendan, pero este hecho de pensar que hay un Mercado para la literatura es un contrasentido, el mercado solo desea un beneficio para unos pocos, los y las que escriben irán perdiendo derechos (esta reforma de pasar será el fin del libro y de los derechos de autorA) y sin saber cómo manejarse en medio de este enredo. Ya ha pasado con la música Pop que se descarga y se piratea o se remata en los servidores de Deezer y Apple, pronto las tiendas de discos no servirán para nada. Las librerías están cerrando a una por semana en España, y las y los lectores  no tienen tiempo para leer a menos que enloquezcan porque el "empleo del tiempo" de la sociedad ultra-liberal es la dictadura del tiempo corto, sin rito, sin celebración, o sea, sin lectura!!! Si no lo han entendido, creo que se les está pasando lo mas importante. En suma, estas reformas cada vez más liberales obligarán a los y las autores a sobrevivir en condiciones aun más duras, a convertirlos, si es que ya no lo son, en depredadores profesionales, en comunicadores (repetir lo que diga el Maenstream) y en servidores de los grandes consorcios porque la supuesta gratuidad será solo una fachada para hacer comprar otros productos, otra forma de penetración y de alienación para la que los libros servirán de mediadores o de propaganda (anuncios en la portada, olvidamos que ya había una generación Mac (sic), habrá una Malrboro, Facebook... (!)), en total servilismo. Un mundo que nadie hubiese imaginado, una pesadilla que mucha gente no quiere ver, quienes escriben soñando con el ascensor social, quienes editan creyendo que pueden vender mucho (sic), aplicando las técnicas del marketing, y quienes creen que pueden mediar en este laberinto (agentes). De paso, el lenguaje dentro de poco no sabrá distinguir la comunicación de la imaginación (comunicar: ceñirse a un formato ya existente; imaginar: hacer que el lenguaje se libere de su dominación y exprese otras dimensiones del lenguaje). Estamos llegando a una etapa casi fascista, sexista y absolutista, donde el mercado, después de haber terminado con la idea de autorA, habrá impuesto el servilismo, la reproducción idéntica y la imposibilidad de contestar este poder desmesurado. Tal y como se lee la carta económica del mundo de ahora, millones condenados a morir en el hambre y en la ignorancia....pues este mapa no hace más que crecer.
Creo que este análisis no concierne solo a Europa y Norteamérica puesto que en el Perú, por dar un ejemplo, seguimos la marcha del mercado liberal como zombis, y que se ve "que sí, que hay mucha gente publicando, que todo va muy bien", sin hacerse una sola pregunta de fondo. Le perdonaron la vida al libro este año, pero, es en serio, y ¿quiénes leen? La respuesta la tienen ustedes más que yo que me quedo abrumada después de escribir y constatar que somos "especies en extinción" quienes nos peleamos con el idioma, no dormimos y salimos a mirar la luna, mientras una persona necia solo mirará el dedo que la señala. Lo peor sería que este instrumento, que ha servido para romper algunos moldes arcaicos y dar la palabra a quienes no accedían, termine volviéndose en nuestra contra. Tal vez un foro internacional se impone para hablar de algunos temas de esta globalización que se está convirtiendo en una Torre de babel y que puede quitarnos lo que nos ofrecía: el derecho a la información, a la cultura y a la palabra.

1 commentaire:

Rocamadour a dit…

No queda otra que persistir entonces en esta lucha por acceder a la palabra y no permitir que hasta la imaginación termine alienándose en esta inserción en el mercado. Hay que seguir escribiendo y leyendo. Muy buen post Patricia, ¡Saludos!