me sorprende despertarme por la mañana y no escuchar a los pájaros de mi eslava de Caracas, por momentos tengo la impresión de que me he equivocado de lugar.
muchas ideas me vienen a la cabeza sobre lo que voy viviendo en Francia, el silencio de sus calles, la vida programada, al ausencia de sorpresa, y yo que soy como una llama encendida.
una cosa que me sorprende es que desde que ando con muletas veo solo gente con muletas, gente anciana y gente joven. La envidia me invade cuando veo a una persona de "cierta edad" en bici.
Me siento como Ernesto Sábato y su obsesión por los ciegos, la que inspira su "Informe sobre ciegos", en Sobre héroes y tumbas".
Todo discurre lento, como un poema.
Interrupción...
regreso pronto...
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