creo que me ha costado trasladar todo mi peso hasta Francia, el cuerpo seguía recorriendo las calles, colgado de los árboles de Venezuela. Esta mañana sentí que había aterrizado, claro, primero, me caí.
No soy una persona que pueda adaptarse a los cambios fácilmente, cada desarraigo me duele, me remueve toda la estructura, y sin embargo e imposible que sea sedentaria. Esta mañana compré un libro de Pierre Rabhi tratando de imaginarme mi vida a aquí, en Pau, en el suroeste de Francia, ?haré bicicleta, tomaré café en este lugar, gozaré con la vista de los Pirineos, escribiré? O simplemente,¿terminaré la novela que he empezado¿? Muchas preguntas, pocas respuestas. El corazón es fuerte y no va a ceder, no va a ceder en su empeño de seguir la vida, abrazar al mundo. No pienso secarme por la distancia ni dejarme dominar por la mentalidad administrativa y la mercadotecnia dominante. Primero, mis necesidades tienen que ser cada vez más exiguas, más minimas, para concentrarme en lo esencial. Mi lucha continua contra mi misma, contra mis debilidades, pero también para dar forma a una escritura cada vez más cerca de mí, sin producción, casi desnuda. Veremos.
hablaba esta mañana con mi madre que e suma mujer fuerte, vital, tan solar, que claro, algo tengo de ella. Sigo convencida que no hay nada más valioso que la vida, que está tan llena de instantes, de laberintos, que, de solo pensar, me da tumbos el corazón-.--- solo hace falta acercarse a esos instantes, que la vida nos deje acercarnos, detenernos... ser...
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire