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jeudi, avril 18, 2013

jueves, la guerra de la información

Ayer me propuse regresar a mis aguas, ponerme a leer, escribir, corregir algunas cosas, envío de cartas etc... Esta mañana pensé en lo impresionante que es esta guerra de información y el prestigio que pueda tener la palabra del otro@, la posibilidad de que ciertas personas tengan derecho a ser escuchadas, creídas, incluso lloradas, en el caso de los 8 muertos durante estos días tan agitados. Hay algo que me parece una evidencia y me deja perpleja, debería decir, escandalizada: hay una lucha feroz por la información, por mantener el poder de informar y convencer que no se separa del poder económico. Quien gana la batalla es quien maneja  los hilos del poder económico o se aliena con él. Se podría hacer una tesis de análisis de los mensajes que han ido pareciendo en Venezuela, en cómo el lenguaje está ligado al poder y cómo expresa una relación directa con él. El lenguaje es también fascista, eso decía Barthes, en ese sentido el lenguaje de las personas de la oposición aquí sigue la línea de una reflexión lógica, desde arriba hacia abajo, donde el que habla desde abajo, no existe. Su lenguaje no los considera dignos de ser escuchados, ni mirados, y menos ser tratados con afecto. Toda la opinión pública está parametrada con la oposición, ¿por qué? Porque responden perfectamente a las expectativas de un mundo globalizado alienado con el poder económico. Esta "mercantilización de la lengua" hace que ella no dude, su valor es justo, matemático, intransigente. Es por eso que no puedo creer en la palabra de la oposición, de inicio, está viciada, es fascista, no dialoga, impone. No eximo de errores a los del oficialismo, están haciendo en muchos casos, lo mismo, responden con el mismo lenguaje alienado y tajante. Su valor humano, poético, estaba en que esta palabra circulaba de manera libre, pero coaccionada, sometida a los valores mercantiles del idioma: quién habla, de dónde viene el mensaje, se vuelve rígida, puede llegar a ser incluso totalitaria- Eso pensaba esta mañana.

Decisión de viajar para respirar un poco, siento que esto es pesado, que me instala en una realidad tan dura, la de que el prestigio de un discurso reside en el valor económico de la persona, me aplasta.

Estuve leyendo una carta inédita de Nelson Algreem a Simone de Beauvoir, en ella hay una mirada tan intensa, tan ligada a la existencia de la persona amada que es completamente abierta, generosa. Ninguno de los dos tuvo miedo de avanzar hacia el otroa, fue formidable. De esa relación quedan estas cartas tan hermosas...

asistimos, creo a un momento en el que lengua y poder no serán indisociables, en que los medios de comunicación son los nuevas monarquías, las nuevas colonias...

seguiré con mis notas...




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