Acaban de publicar en la colección Quarto, de Gallimard, la obra completa de Annie Erneaux, novelas, textos, de una escritura limpia, sin trampas. Mucha gente, sobre todos muchos hombres, detestan esa forma descarnada en que Erneaux habla de ciertos temas, su cuerpo, la enfermedad (el cáncer), su necesidad de los hombres, la genealogía de una familia obrera. La primera persona que ella utiliza es su método para decir, como decía Michel Leiris, la verdad y nada más que la verdad, su apuesta es alta y arriesgada, y en ella, la autora siempre se mantuvo en el centro, lista a recibir todas las embestidas,: ataques, burlas, ridiculizaciones. Decir autoficción, no cambia, nada, toda escritura es ficción desde que nos separamos de la experiencia para escribirla, no hay industria, hay deseo, y hay invención siempre , el lenguaje no es algo muerto, es algo vivo, en constante diálogo con los demás.
La fuerza de lo que Erneaux escribe está en parte en ese mostrarse sin maquillaje, desnuda, y caminar frente a nosotros para marcar un camino, una vida. De ahí el placer de leer sus textos, estamos realmente en compañía de la autora y no hay impostura, ni exhibicionismo, es un gesto de escritura genuino, un texto que emerge y se nos muestra, completamente un palincesto. que si Annie Erneux es política, sí, cuando escribe alguna vez, escribo para vengar a mi raza, es política sí, toda toma de posición para crear un lugar donde ejercer la palabra es un gesto político. arriba las armas!!
leamos a Erneux, empezaremos por traducirla...
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