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lundi, mai 08, 2006

Leonardo Rosa

Leyendo el diario de Catherine Masfield, leo una frase que tiene mucho que ver con lo que puse antes: El arte no es otra cosa que el desarrollo de la personalidad. No olvidar que en el fondo de toda alma, un genio está dormido: que lo único desgarrador, conmovedor, es la personalidad, la raíz de todo ser.

Agradezco la corrección de mi lector, es verdad que "descorticar" no existe en castellano sino en francés y ya hice la rectifición para que quede claro... Siento complicarle la vida, es que escribir sobre escribir, no es fácil, si lo fuese, no lo haría, y no se gastaría tanta tinta en ello. Lo de vida activa y vida privada, es Hannah Arendt quien más lo ha usado para hablar de la vida social, trabajo, relación con la comunidad, y vida privada, familia, espacio personal...

Yo quería hablar de Leonardo Rosa, un poeta italiano que vino al Monasterio de Saorge a hacer una lectura de poesía y una exposición de pequeñas... digamos, instalaciones. La lectura fue bilingue, italiano-francés, y más allá de sus poemas y de la delicada belleza de los objetos que presentó (una secuencia de dibujos hechos con ceniza, parecidos a unas huellas de animal, esas que quedan marcadas en la tierra), lo que me impresionó fue sus ganas de estar presente ante los otros. Creo que la vejez es como una máscara que los demás ponen en los que envejecen, sin tener en cuenta lo terrible que puede ser para el que la lleva (si no me equivoco, en la China, los ancianos son muy respetados). Y entonces es como si los convirtiesen en fantasmas, en personas invisibles. La poesía de Leonardo plantea un problema con las palabras y con su límite, es esa huella que desea dejar a través de cenizas, pero también de una huella que se va haciendo cada vez más invisible (él mismo?). En su libro, Aparición del silencio, en italiano y traducida por Bernard Noel al francés, está dicho a lo largo de todo el texto, es decir que las palabras a veces, ya no significan: parole vuotto/ nel vuott/sottovuoto/parole enfantiche/parole evocanti/ lussureggianti/ rassicuranti
Yo creo que se entiende un poco... Ayer, al mediodía conversaba con él y su esposa, Serena de esa falta de comunicación con los otros (los más jóvenes) de ese encierro al que los someten, todo esto, en un pequeño bar del Saorge. Yo pensaba: la vida palpita, nunca se detiene. Son los otros los que la fijan, sin darse cuenta... pero esa también es su humanidad.

2 commentaires:

Cereza Martinez a dit…

genial

Elvis Mendoza Martínez a dit…

Leo algunas reflexiones bastantes interesantes de la escritora Patricia de Souza en su blog Palincestos, en la que afirma: "Tampoco entiendo cómo se puede hacer un análisis de un texto sin tener en cuenta un análisis del lenguaje (lógico y estructural), como si la crítica se resumiera solamente a una analogía con la realidad o a una aplicación de un formato de novela, novela histórica, policial, de tesis..."

En El Dominical aparece, el día de hoy, una discutible "crítica literaria" escrita por Alonso Rabí Do Carmo, al libro de Edgardo Rivera Martínez, en la que escribe: ""Danzantes de la noche y de la muerte", que amén de ser de los mejores cuentos del volumen, le sirve de título, reproduce, con variantes, el cosmos armónico que edifica la escena final de País de Jauja [...]". No sé de que forma Rabí Do Carmo sostiene líneas despues lo que ha escrito. ¿Puede un crítico analizar y determinar el valor estético de un libro como el que aborda, sólo con usar adjetivos elogiosos?. Patricia, y en esto estoy plenamente de acuerdo, sostiene que no, el objetivo de la crítica debe enfocarse principalmente en "un análisis del lenguaje" y, de la estructura de lo escrito por el autor. Lo que no existe en el texto de Alonso. Ciertamente aquí tendríamos que hacer una distinción entre una crítica denominada periodística y una académica. De los fines que cada una de ellas persigue; pero también cabria decir que la superficialidad con la que aborda la obra de éste escritor, Rabí Do Carmo, es por demás desconcertante.

"Muchos de estos periodistas con disfraz prestado de crítico abundan en adjetivos antes que en definiciones específicas, reparten dones y maldiciones a diestra y siniestra, y se olvidan olimpicamente del análisis.", Giancarlo Stagnaro dixit.

En la foto, la autora de la novela Electra en la ciudad, Patricia de Souza.