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lundi, août 22, 2016

la post-literatura, la robotización

resulta que un tema que me asedia, el hecho de estar asisstiendo al final de una etapa, de una largo paréntesis. Este espacio ha estado ocupado por la literatura y ahora lo ocupan otros medios, en lugar de la escritura, la imagen, en  lugar de la atención, la dispersión. Decir "post-literario" no es sembrar el pánico y ser pesimista, creo que es una intuición que me sigue desde hace un tiempo. La literatura pierde la batalla y se convierte en un fenómeno cada vez más elitista o una operación de marketing, lo que la convierte en mercancía común en este enorme mercado del capital. No es que no se deba vender, ojo, no tiene nada que ver con el valor agregado en metal, es su valor simbólico que peligra. Si nadie sueña y vive con los pies bien plantados en la vida concreta, si cada persona rechaza la verticalidad de quienes escriben y prefiere sus propias historias, si la literatura se convierte en un instrumentos de reproducción social y no de diversidad, creo que está destinada a desaparecer. Me explico, si la literatura solo reproduce la mirada de los dominantes (hombres), si solo se imagina lo que un pequeño fragmento de la población imagina, porque la "reproducción" es encontrarse siempre con las mismas personas, de las mismas categorías sociales, y con las misma ideología, se leerá cada vez menos. Es decir,  sigue dominando una categoría social que se mira en el espejo y que se imita e invita a que la imiten... Tal vez quienes editan no han comprendido varias cosas, que no pueden seguir alimentando el patriarcado (los hombres dominan siempre) ni tampoco una visión neo-colonial, imponer categorías de conocimiento, de gusto, desde arriba. O sea, con una autoridad que deja de ser autoridad, la lectoría se regula sola, al estilo Wikipedia, y decide qué lee y qué no, es un fenómenos cada vez más evidente. Lo peor es que "no se puede leer", de ahí que hable de post-literatura, la imaginación tiene otros dispositivos, imagen, texto mínimo, velocidad inmediata, combustión-desaparición. La falta de tiempo debido al exceso de carga laboral para sobrevivir, trabajamos más y ganamos menos, define.

Otra idea: tal vez sea una forma de aceptar que somos seres efímeros, a lo mejor este relato un tanto aterrador del peligro de desaparecer ,nos distraiga de todo intento de inmortalidad, ese famoso dicho popular: si deseas ser inmortal ten un hijo, planta un árbol y escribe un libro. Ahora sabemos que los árboles peligran, que los hios sufrirán más que nosotros, y que los libros no los lee casi nadie.

1 commentaire:

carlos a dit…

Seguro que tienes razón, pero al mismo tiempo mucho que contar, no sé si el próximo texto se debe publicar en paquetes de 140 carácteres para que tenga suficiente atractivo o aguardar a que los tiempos cambien ante la imposibilidad de mudar la realidad que impone la inmediatez. De momento, quizás como terapia, me prometo seguir escribiendo durante éste invierno y leyendo siempre, un beso.